sábado, 17 de abril de 2010

Trastorno Cataléptico Multicrónico


Dice la tradición que conminados por Teodosio a abjurar de la fe verdadera, Maximiliano, Iámblico, Martín, Juan, Dionisio, Exacustodio y Antonino, los siete durmientes de Efeso, optaron por huir y practicar la vida eremítica en una cueva. Los romanos los descubrieron, aguardaron a que los jóvenes durmieran y cegaron la cueva. Un siglo después, siendo ya la fe verdadera la religión oficial del imperio, unos buscatesoros despejaron la entrada la cripta. Encontraron a los siete jóvenes dormidos y en perfecto estado. Al ser despertados manifestaron no ser conscientes del siglo transcurrido, por lo que a ellos tocaba apenas habían pasado unas horas. Los durmientes partieron entonces en procesión a la ciudad de Éfeso, donde tras dar cuenta del milagro, confesar y tomar la comunión, murieron, esta vez sí que sí.
Es como la historia de Blancanieves pero al revés.

Llamaremos Trastorno Cataléptico Multicrónico Reversible a un realmente infrecuente trastorno del sueño por el cual un hombre (de momento, sólo se conoce en humanos de sexo masculino) permanece vegetativo durante un prolongadísimo espacio de tiempo (varios años como poco), sin que al despertarse se detecten procesos de envejecimiento remarcables.




Está en cuestión si Epiménides y Rip Van Winkle padecieron el TCMR. Según la versión del ufólogo cántabro Luis Besa, referida al primero, y de Washington Irving, relativo al segundo, tanto el famoso cretense como el partidario de Jorge III entraron en fase durante la juventud tras sendos shocks post traumáticos; no obstante despertaron con luengas barbas, lo que encaja más con un cuadro comatoso estándar y deja a los durmientes de Efeso como únicos casos documentados (Simeón Metaphrastes).

Durante años, la música de Mr. Fox durmió el sueño del vinilo. El grupo, liderado por Bob (en la imagen) y Carole Pegg, fue editado por Guimbarda para el mercado español allá por el 78. Para entonces Mr. Fox (disuelto en el 73) era un experimento meritorio pero comercialmente fallido del folk electrónico británico y que dejó dos perlas, Mr. Fox y The Gipsy. La elevada apuesta musical de los Pegg no encontró su espacio. Lástima porque es una original síntesis de narraciones góticas, potencia fidle tintada de oscuridad y tradición, perfectamente enmarcada sobre una base rítmica en la que despunta el percusionista Alun Elden. Hay pocas cosas comparables.

Y uno, que es un sincero admirador de los grupos buenos “que no encontraron su espacio” no concibe mejor servicio que poner esta pequeña joya al alcance de ustedes selectos lectores, no sin antes advertirles que el corte escogido, Rip Van Winkle, es acaso el más comercial en comparación a los trabajos más oscuros de esta magnífica formación, tan del gusto de las IAs.

Encontrarán más información en la wiki, la web del bueno de Bob, y en Amazon un recopilatorio CD de la Trasanlantic Records al módico precio de 18 dólares.

Próximamente en Irradiando belleza: John Kirkpatrick, Claustrofobia, El Zurdo, más Pentangle y Los Freres Balfá... Permanezcan a la espera.

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