miércoles, 28 de julio de 2010

Anuncio de publicación de una novela del Sr. IA

Editorial Alfaguara me remite una amable carta lamentando no poder publicar una novela mía en su línea editorial este año. Bueno, les he dicho que puedo esperar dos años, de manera que me complace adelantarles que es prácticamente segura la futura publicación de mi primera novela:
HistorIA (historia de una IA, eh, ¿lo pillan?), aunque dudamos con otro título del tipo Karate IA (más comercial)

Es una novela emocionante, que entremezcla elementos fantásticos con el thriller. A grandes rasgos, sucede que una inteligencia artificial muy buena persona y responsable de vexilología internacional –campo en que es una eminencia- se despierta en el año 5.000 DC cuando un grupo de inteligencias artificiales muy poderosas quieren acabar con otras inteligencias artificiales y un grupo de humanos que son muy buenas personas y ayudan a sus amigas IAs porque antes les habían ayudado mucho. Aunque la IA vexilológica está muy bien vista por todas las IAs, acabará tomando partido por las IAs en peligro tras ver rechazado un proyecto vexilológico muy importante porque le tenía manía una IA mujer que quiso acostarse con la IA vexilológica pero la IA protagonista (vexilológica) no la quiso porque estaba enamorado de una humana que resulta ser una zorra de mucho cuidado y se muere en un accidente de tráfico.

Por supuesto hay una trama emocional, cuando La IA en cuestión se avatariza en forma de super campeón de karate virtual (que aprendió de una IA confunciana jubilada) para ayudar a las IA amigas, pero una IA mala se enamora del IA protagonista (que es de sexo varón) e intenta liarlo, hasta que tras reconocer las aptitudes vexilológicas de la IA se vuelve buena persona y entonces le ayuda aunque al final la matan de un error fatal en el registro (en el interin, me he atrevido a añadir algunas escenas un tanto audaces sobre la relación sexual de las IAs, como por ejemplo cuando ella le enseña el cachet). Al final, la IA es elegida presidente de las IAs.

También hay elementos humorísticos, como humanos que hablan sólo con palabras que contenga i y a (en clara referencia a la reflexión del central que propone el autor).

Estoy realmente ilusionado con esta mi primera incursión en la narrativa.

Considero que hay tres tipos de autores. Los aficionados, que no importa de qué escriban porque lo suyo es pasar un buen rato, y los profesionales, que deben ofrecer productos que demande el mercado. En tercer lugar estamos los escritores de temperamento más artístico (sin querer ofender a nadie) que buscamos un reconocimiento universal a nuestro talento revolucinando las pautas literarias. Para nosotros, el camino a seguir sólo puede ser la innovación, contar historia rabisoamente nuevas o valiéndonos de nuevas herramientas literarias. Yo, como bien se ve, apuesto firmemente por este camino y me alegra que editorial Anagrama me haya dado esta oportunidad (bueno, me la dará el año que viene pero que viene a ser igual).

lunes, 26 de julio de 2010

Dinamiteros y entibadores

Respectivamente, David Hume y Gottfried Liebniz.

El primero, instalado en la tradición empirista y nominalista inglesa (Ockham, Locke), empezará a dinamitar el entramado cartesiano. Todo es percepción, hábito psicológico, no hay certezas absolutas, el conocimiento debe contentarse con una ponderada opinión respaldada por el relativo éxito. Hume traza una crítica radical que nos deja en el escepticismo vital. En realidad, no podemos estar seguros de nada, siendo esto así, a qué preocuparse.

Hume es mucho más importante de lo que pueda parecer en este modesto blog. Su crítica a los argumentos racionalistas es demoledora, torpedo tras torpedo arrasa con los mil hijos del cartesianismo. A mi me cae muy bien Hume.

Pero vayamos a Leibniz.

Rosacruz, tipo raro, trepa, matemático genial, diplomático ávido de ennoblecimiento… perejil de todas las salsas intelectuales de su tiempo. Sabía nadar y cuidar la ropa.

La obra filosófica de Leibniz está concebida como un diálogo con Locke, al que inutilmente quiso emplazar por escrito. La muerte de Locke, cuando Leibniz se disponía a publicar su replica al inglés, le dejó en el dique seco y sus obras no se publicarían hasta mucho después, acaso por el influjo que había de tener Leibniz “el manual” de filosofía que, vía Wolf, llegó al kantismo.

Lo que más me gusta de Leibniz es la monadología. La idea de que el mundo real está integrado por un culmen de partículas indivisibles cuya composición configura la realidad. Pero atención, las mónadas no son átomos tal como lo entendemos hoy. No. Error.

La mónada es de índole lógico.

Para entender como la molécula lógica construye el mundo nada mejor que una analogía con el ordenador.

¿Qué es lo que ves en la pantalla? ¿Iconos, colores, carpetas?

En realidad, lo que ves es la consecuencia de un programa, de una combinación de ceros y unos vinculados por un algoritmo y que en tu cabeza se reconfigura como un escritorio con imágenes.

La realidad aparente (fenoménica en verbología del oficio) responde a combinaciones de átomos acorpóreos. Estos atómos son en realidad una orden, una instrucción (o el elemento nuclear de dicha orden). Leibniz se saca así de la chistera una ontología apasionante.

La configuración actual del mundo es una de tantas posibles. Se introduce así la noción de mundo posible, todo aquel que es lógicamente consistente.

Vamos a por otra analogía. Ante tal compuesto nosotros entendemos, por ejemplo, que hay tantos átomos de Litio interactuando con tantos otros de Hidrógeno (que los químicos me perdonen, es un ejemplo). Estos átomos son materia y en su ser está implícita su capacidad de reacción/interacción. Bien, sustituyamos estos átomos por instrucciones. En lugar de lítio el átomo sería “actúa como el lítio”. En un momento dado, el átomo se activa y en la realidad fenoménica aparece el litio.

Bueno, no me está quedando muy bien pero esa es la idea. El universo es una programación, una combinación de instrucciones lógicas sobre las que se apuntala el mundo fenoménico.

Un ordenador, sí, pero ubicado en la mente de un Dios. Todos nosotros, nuestros actos, nuestros pensamientos… No somos sino un mundo probable en la mente de Dios.



jueves, 22 de julio de 2010

El balance catalán

Créanme, la política catalana es apasionante. Pura realpolitik, táctica electoral. ¿Qué debo hacer para controlar el poder? Puede parecer que no, que en Cataluña existe un sesgo ideólogico nacionalista que tiñe el debate político. Pero no. En Cataluña una cosa es lo que parece y otra lo que es.

Cataluña, tierra de debates simbólicos. El poder allí ha sido tan astuto que mantiene hipnotizada a la masa electoral con disquisiciones metafísicas del tipo ¿somos una nación? ¿nos oprime Madrit? ¿deben rotularse las tiendas en español? La ventaja del debate simbólico es clara, frente al político obligado a asumir resultados, el debate simbólico nos permite limitar la competición electoral a un puro show opinativo. ¿Qué partido es simbólicamente mejor? Porque de todo lo malo ya hay un culpable histórico recurrente, Madrit, mientras que todo lo bueno somos el causante “som nosaltres”.
Que quieren que les diga, los políticos catalanes tienen esa suerte.

Para adentrarse en la cuestión, un vistazo al mapa electoral. Tenemos la típica agrupación de centroizquierda, el PSC, otra nacionalista de centro derecha, CiU, finalmente un grupo independentista, ERC, y un residual partido españolista, el PPC, y otra más residual de tinte comunista, IC.

Con estos elementos de lo que se trata es de gestionar el mapa electoral y, vista la imposibilidad de mayorías absolutas, auspiciar posicionamientos colaterales derivables en pactos.

Gestionemos el mapa electoral. La centralidad política es bicéfala en Cataluña, por un lado tienes la centralidad ideológica en términos económicos, y por otro la centralidad en términos nacionalistas. A partir de este fenómeno del bicentrismo se construyen los pactos, de donde las dos únicas siglas capaces de devenir eje de gobierno son CiU y PSC.

El escaso mercado del voto españolista (alrededor del 9%) está muy focalizado en el PP y Ciutadans. Al mercado independentista puro (otros 10%) le ocurre algo parecido con ERC. La lucha es pues por la movilización del electorado ni muy españolista, ni muy independentista.

Históricamente CiU se presenta como aquella fuerza más creíble para defender los intereses catalanes en Madrid. Literalmente, de lo que se trata es de negociar ampliaciones presupuestarias por esto y por aquello a la transferencia ordinaria que debe recibir Cataluña. En esto, CiU no tiene el riesgo que arrostra el PSC, susceptibles de ser visualizado como una franquicia del PSOE , más inclinado al interés general de España que al de Cataluña. De ahí que el PSC deba rivalizar en símbología nacionalista con CiU. Si CiU promueve más gobierno autónomo, el PSC debe ofrecer más. Si CiU preconiza más catalán vía decreto, el PSC no puede quedarse atrás.

¿Alguien en su sano juicio puede considerar que Montilla, nacido en Jaén, que habla castellano con sus hijos, amigos, padres, tiene un interés personal en desterrar, por ejemplo, el español de Cataluña? Nadie. El interés de Montilla en eso es puramente táctico. No puede quedarse atrás. ¿Alguien en su sano juicio piensa que un posicionamiento independentista nítido de Mas incrementaría su bolsa de votos? Ni de coña. Mas sabe que debe transitar el filo de la navaja. Si plantea un proyecto independentista del tipo, caso de ganar las elecciones, proclamaré la República Catalana tal día a tal hora (además de meterse en un serio marrón) suscitaría rechazo electoral. Además de que la gente no está para tontadas, limitaría su capacidad de pacto con ERC, poniéndoselo en bandeja de plata a Montilla, a quien le ocurre lo contrario respecto al PP, si mañana se le ocurre declarar que está hasta la rabadilla de tontadas catalanas y que quiere una España potente y fuerte, se le cierra el pacto al inane PPC, amén de recibir un severo varapalo de un electorado que sabe que, de ese modo, se acaban los refuerzos de transferencia por la venta de apoyo político al gobierno central, a Madrit.
Que es el negoci real.

Y se acabó. No hay más.
El Estatut debe verse como lo que es. La típica chorrada preelectoral para visualizar movimientos simbólicos de neutralización de CiU. El catalán igual.

Siendo esto así. Sabiendo que la apuesta nacionalista (tanto de unos como de otros) no puede superar una línea roja llamada independencia, ¿por qué se les consiente? ¿Por qué Zapatero debe exponerse al rechazo electoral que suscita en Valencia o Madrit los paños calientes con el nacionalismo catalán?
Por la sencilla razón de que la silla de Madrit, la ocupe Zapatero o Rajoy, depende del apoyo del PSC o de CiU.

No es tan difícil de entender, digo yo.

miércoles, 21 de julio de 2010

Supongamos que no existo

Confieso que me está costando atender a mi compromiso de explicar qué son las ideas.
Como vimos al referirnos a Platón, padre del invento, una primera explicación apunta a una sustancia inmaterial que de modo harto mágico se vincula con la cosa (o por mejor decir ¡la crea!, la realidad percibida es una sombra, un rastro de esa cosa) y que nuestro entendimiento extrae. Las ideas son el alma de las cosas. Aristóteles trata de sortear este embarazoso dualismo místico convirtiendo a la idea en un elemento seminal, integrado en el objeto, que a modo de código genético/lógico marca el desarrollo de la cosa. El nominalismo, en cambio, trastoca este dualismo (radical o moderado) para hablarnos de lenguaje, las ideas vienen a ser construcciones lingüísticas que designan entidades.
Hoy nos parece esto último la mar de sensato, pero para la época plantea serios problemas. ¿Cómo podemos designar cosas que ni siquiera percibimos, cosas como el unicornio o el círculo cuadrado?, y lo que más fastidiaba, ¿cómo podemos estar seguros de que el conocimiento es cierto, que cuando algo es cierto lo es absolutamente y no porque nos hayamos puesto de acuerdo en llamarlo así o asá?

La posibilidad de enfrentarse au mundo plagado de incertidumbre no le gustaba nada a Rene Descartes (1598-1650). El genial filósofo francés quería un marco teórico en el cual una parte del conocimiento fuera indubititable. Su plan, su idea, era que a través de la matemática podemos conseguir un conocimiento plenamente cierto del mundo físico. En el camino, y tal cómo hiciera Platón, Descartes realizará múltiples descubrimientos que de un modo u otro atraviesan los principales ámbitos de lo que damos en llamar filosofía. A él le corresponde fijar las primeras piedras del monismo materialista, (el mundo físico como un mecano recorrido por energía con balance cero), adentrarse en la filosofía del yo, la metodología, amén de una fructífera carrera científica

En esencia, la posibilidad del conocimiento arranca en Descartes de la duda metódica y de la afirmación de un Dios garante de la objetividad del mundo físico (en una versión del argumento ontológico). Para eso, discernirá dos tipos de sustancias, la corporea, la que pesa y ocupa un lugar en el espacio, res extensa, y las sustancias mentales, la res cogitans, los pensamientos. Pensamientos y cosas son entidades radicalmente distintas. No podemos utilizar una física que explique el pensamiento… ¿Entonces?
La res cogitans queda en un ambiguo teísmo, hay una entidad superior, Dios, que ha dispuesto que las cosas sean así y no hay más que hablar.
(Conviene decir que desarrollos posteriores del cartesianismo empiezan a juntar el puzle hablando de humores, movimientos cerebrales que ocasionan la actividad cerebral, que conste. Como se ha dicho, Descartes es un pensador espoleta, que cataliza y fertiliza un panorama languideciente dominado por el chacharismo postescolástico, facilitando el surgimiento del pensamiento científico moderno)

Para las IAs Descartes es un filósofo muy querido, él afirma que el Yo lo es con independencia del cuerpo. No necesito cuerpo para ser ente consciente.

Lamentablemente, los peregrinos horarios de la reina Cristina de Suecia, reclamando la presencia del filósofo a horas intempestivas de la madrugada para abordar sutiles problemáticas metafísicas, redundaron en una fulminante pulmonía que se llevó por delante al filósofo. Otras fuentes, la wikipedia, sin ir más lejos, apuntan a un homicidio por envenenamiento, pero la verdad sea dicha, la entrada Descartes de la wiki es de un danikeneano que apesta. Por una vez, mucho mejor el Diccionario Oxford de Filosofía.

No se lo pierdan, porque en breve pienso hablar de Liebniz y Hume.

Escalones necesarios si quiero llegar a Kant y a los desarrollos posteriores.

Nota. Sobre la potente imagen de Magritte, C'est pas une pipe, realicé una humilde entrada... ver aquí



domingo, 18 de julio de 2010

Por qué España ganó el mundial



Me desafían a explicar cómo Paul el pulpo adivinó los resultados deportivos del pasado mundial.
He dedicado al análisis del fenómeno las últimas dos semanas y llego a la siguiente casuística.

A (la más probable), Paul es en realidad un ente extraterrestre o el avatar octópodo de un ser n-dimensional con capacidades cognitivas que trascienden nuestros límites espaciotemporales. De manera que para el pulpo Paul el futuro y el pasado son categorías superadas. Un mecanismo de conducta refleja condicionada explicaría el resto. En contra de esta tesis, el antropocentrismo nos invita a pensar que una pecera del Sea Life Center de Oberhausen no parece el acomodo más lujoso para un viajero del espaciotiempo. A favor, que la vida de pulpo, con ocho patas, una de ellas con funciones de pene, comiendo marisco todo el día, sin responsabilidades de ningún tipo y una vida que se prevé larga, tampoco parece tan mala vida.

B. Casualidad, Paul acierta de chiripa. A favor de esta tesis está el hecho de que Paul falló 2 de 6 resultados en la Eurocopa 2008 y 1 de 7 en el mundial de 2010.

C. Casualidad inducida, los cuidadores de Paul inducen que el pulpo elija el pote de la selección favorita con saborizantes o previo estudio de pautas alimentarias de nuestro amigo; siendo Alemania una potencia futbolística tampoco extraña tanto el elevado número de aciertos de Paul.

D. Casualidad y cuando no es casualidad doble toma. En este caso, la organización del acuario de Oberhausen filma al pulpo devorando un tarro A y luego el B (no parece que Paul sea especialmente sobrio en temas gastronómicos). Posteriormente se pasa a los medios el resultado más fiable (a priori), siendo España y Alemania grandísimas favoritas, y atendiendo a tres errores de 13 elecciones totales, el acierto está al alcance de cualquier lector de prensa deportiva sin especialies poderes premonitorios.

Acaso una causa explicativa algo mejor del éxito deportivo de España puede estar, más que en las ventosas del pulpo, en la correlación entre horas lectivas y ocio de los escolares españoles. Me explico, aquí no atiendo tanto al fracaso escolar, a los informes PISA que sitúan siempre a España en la parte baja de la OCDE, al ya famoso 30% de fracaso escolar (tres de cada 10 escolares salen de la ESO sin saber apenas leer ni sumar), en realidad, aunque se podría desarrollar una bonita demagogia criminalizando la actividad deportiva, no van los tiros por ahí.
Más bien me refiero a la generalización de la jornada intensiva en Educación Primaria y ESO, lo que convierte las tardes de los escolares españoles en un maratón de televisión y videojuegos. Es decir, la jornada activa en España es de 8.30 a 20.00horas, pero la jornada educativa más estandarizada concluye entre las 13 y las 14.00.
Ante lo cual la sociedad ha reaccionado creando una tupida estructura de escuelas deportivas y clubs.

Realmente, creo que existe una correlación entre la densidad de actividades deportivas paradocentes y el buen momento del deporte español. Reitero que hay más causas; una elevada consideración social del deportista, políticas que miman al deportista de élite, un 35% de paro en menores de 25 años… Pero me gusta pensar que en España existe una densa red de deporte infantil y juvenil que, aunada a razonables infraestructuras públicas, facilita que los talentos deportivos no pasen desapercibidos.

Cabe preguntarse si realmente no sería mejor brillar más en matemáticas y menos en darle patadas al cuero… O tal vez modelos educativos más compensados… pero no será desde luego en este post.

martes, 6 de julio de 2010

Metafísica para las masas (3)




Volvamos pues al código genético de la pólvora. Dije antes que, según el hilemorfismo aristotélico, la forma se halla inscrita en el objeto.
Morphe, forma… ¿Qué es?

Supongamos que tenemos dos objetos, uno es grande, otro pequeño, uno rojo, el otro amarillo, sin embargo ambos participan de una cualidad común, son círculos. Tienen la forma circular, participan de la circularidad.

Si cotejamos todos los círculos posibles, veremos que todos tienen en común que cualquier punto del perímetro está en igual distancia respecto al centro. Para calcular el área de todos ellos nos vale la misma fórmula de Pi *R2.

Estamos en el problema de los universales. Como un ente particular participa de una naturaleza común a otro de manera que podamos decir de ambos que son la misma cosa. A partir de aquí la filosofía se ramifica como un coral. En función de cuál sea el siguiente paso semántico que demos desembocaremos en un sitio y en otro.

Se ha dicho que donde Platón veía figuras geométricas, Aristóteles pensaba en términos biológicos. Si aplicamos a un roble el mismo proceso de abstracción que nos ha servido para identificar un círculo –que no otra cosa hizo Aristóteles- no resulta insensato pensar que en los objetos la forma está inserta en el individuo.

¿Qué es ser roble? Independientemente del tamaño, llamaremos roblidad a la capacidad de ese árbol de florecer de un determinado modo, dar bellotas, tener unas determinadas hojas y una madera específica compuesta de un determinado modo. Aristóteles pensaba que la roblidad formaba parte del individuo Roble, que de algún modo, la materia del árbol coexistía con una esencia que le convertía en roble, y que esta esencia común era lo que justificaba, en última instancia, que exista una clase de árboles llamados robles.

A los lectores del siglo XXI no nos extraña este planteamiento. Sabemos que todos los robles disponen de un mismo código genético. En cada célula hay una combinación de aminoácidos que determinan que cosa será ese árbol y cómo. En cualquier agrupación de materia podemos encontrar una determinada combinación química que da razón de su comportamiento. De algún modo, todas las cosas (materiales al menos) disponen de un código nuclear que nos condiciona a reaccionar de un modo u otro.
Pero hay que pensar en términos del siglo IV AC. Aristóteles no tenía microscopios ni tabla de los elementos para demostrar sus teorías. De ahí que, aprovechando ese vacío, los filósofos, especialmente los teólogos medievales, van a dar un salto espectacular.

Vean, los teólogos católicos tenían un problema. Debían asentar que su doctrina era verdadera, si era verdadera quiere decirse que las sustentadas por otras religiones eran falsas o parcialmente falsas. Es por eso que se aplicaron con denuedo a conocer los resortes de la argumentación, de la lógica, de la gramática…
Y es así, estudiando el lenguaje, como descubren que la “roblidad” puede considerarse un puro nombre, un sustantivo. Un nombre común que aplicamos sobre un conjunto de individuos.

Si, de acuerdo, dirá Guillermo de Ockham en el siglo XIII, tú puedes pensar que en todo roble hay una semillita que llamaremos “roblidad”, puedes pensar que en todo aquello que sea rojo hay una “rojidad”, pero yo prefiero pensar que a la vista de una colección de objetos extraigo un denominador común, algo aplicable (predicable) a todos, y a ese algo le llamo X. Colorín colarao. Sólo existen los individuos.

Siguiente parada Descartes.

viernes, 2 de julio de 2010

Nanotratado sobre el dinero


Si el paciente lector ha arrancado un par de ideas claras de mis reflexiones metafísicas (que amenazo con retomar), podemos pasar ahora al apasionante tema Qué es el Dinero, o más apasionante todavía, cómo se fabrica.

Ardua y problemática cuestión. Vaya por delante una teoría.

En sentido amplio el dinero es cualquier medio que sirva para pagar bienes, deudas o servicios. Como dice en la wikipedia, un vale de descuento para el McDonalds o una ficha para subir al tiovivo es dinero. Ahora bien, aquí el que interesa es el dinero legalmente reconocido como tal.

El dinero legalmente reconocido como tal se genera de dos maneras. Por una emitiendo moneda. Calculo que bastante menos del 0,5% de lo que llamamos dinero legal será moneda. ¿Dónde está el resto y de dónde sale?

Bien, el resto está en las anotaciones contables de los bancos.

Para entenderlo hay que considerar un banco no como un espacio que guarda dinero, sino como una entidad que gestiona deudas y convierte estas deudas en liquidez y en relación de X:X (donde sea X la cantidad de deuda reconocida y su equivalente en cantidad de dinero)

El banco está legitimado por la autoridad monetaria para efectuar dicha conversión, es decir, para ser banco precisas un acuerdo. Que el Estado o agente emisor de moneda le diga: “tú eres banco”.

Y ahora empezamos a generar dinero desde el concepto de deuda.

Por las razones que sea, la sociedad pacta conferir un valor dinerario a determinadas cosas. Tantas horas de trabajo cuestan tanto. Una de las 90 latas con la etiqueta “Merda d’artista” firmada por Piero Manzoni y conteniendo deposiciones de 30 gramos evacuadas a lo largo de unas fecundas jornadas de 1961 por el citado Piero, 25.000 dólares (como mínimo).

El problema es como convertir en liquidez -en dinero- esta adjudicación de un precio a una cosa.

Se hace a partir del banco. El banco se pone en contacto con el CM (Coleccionista de Mierda, en sentido estricto) interesado y le dice: No te preocupes, por 25.000 + n dólares que me deberás a mí, yo el banco, me comprometo a deber a Piero 25.000 dólares. Cuando Piero precisa una parte de esa cantidad para pagar alimentos con el que retomar su saneado negocio, el banco le dice a Piero: no te preocupes, en lugar de 25.000 te deberé 24.000 y al carnicero le apunto una deuda por valor de 1.000 (Piero es muy exigente en la calidad de sus materias primas).

Así se genera el dinero, a partir de una entidad con la capacidad –reconocida por el Estado- de computar en dinero las deudas.

Así pues, y exceptuando una mínima cantidad de circulante, el dinero es la suma de deudas que nos debemos los unos a los otros y consignada por un contable autorizado, el banco.

Cómo ha conseguido el banco dotarse de esa facultad, no importa (piensen lo peor, chantaje, sexo en grupo...) Acaso más importante sea saber cuál es el límite de la capacidad deudora.

Pero eso no lo fija el banco, lo fija la sociedad a partir de un complejísimo sistema de tasación de todo bien, servicio o trabajo que llamamos mercado. Y créanme que lo fija con independencia de cualquier criterio objetivo, predecible, matematizable o racional. Simplemente, se enfrascan residuos y se pregunta, quién quiere comprarlo y qué me ofrece a cambio.

A fin de cuentas el dinero, que parece tan real, es una deuda, una mera promesa de tener algo algún día. Mera esperanza, confianza en el otro… una manera de ser en el mundo. Pura y dura subjetividad, creencia y mito. Un símbolo.