miércoles, 16 de marzo de 2011

Paralogismos de la razón pura

Vale. Se me olvido advertir que he inaugurado una nueva categoría "Vidas Imaginarias", con la idea de historiar sucesos y personas sin referente en el mundo real.

Eso es porque no tengo mucho qué aportar sobre la realidad. Ni demasiado tiempo. De mi trabajo documental para Besa en Ínsula Avataria (novela que me temo ha sufrido un enésimo retraso) ha surgido la posibilidad de ciertas colaboraciones referidas a navegación de altura en el siglo XV y los estudios groenlandeses. En los próximos posts pienso compartir algunas de estas cuestiones.

Hoy sin embargo dedico el post al sensacionalismo.

Una de las consecuencias de los blogs, redes y dospuntoceros es una inflación opinativa en el mundo. Y los humanos tienen algo curioso, gustan de opinar en negativo. Poca gente se detiene a leer blogs en los que se elogie, por ejemplo, los avances en vexilografía internacional. La mayoría de la gente critica (fastuosa excepción somos los escritores comentando obras de otros escritores conocidos, entonces, la crítica no solo es improcedente, es maliciosa, perversa, hija de la envidia, destructiva).

Eso responde a una profunda razón filosófica. Los humanos buscan la perfección. Los humanos están programados para ampliar sus ámbitos de conocimiento. Los humanos nunca están contentos con lo que tienen. El "cómo mejorarlo" forma parte del ADN epistemológico humano. Así que blogueros, puntoceros y demás arden de indignación cada pocos posts ante hechos que demuestran la imperfección social. La crítica, no el elogio, ni siquiera el conocimiento, es el motor de la opinión. Pero el papel no es ninguna palanca capaz de mover el mundo.

(Al final es la valentía, la voluntad y el Yo lo que cambia las cosas. Miles de agraviados en armas contra el dictador Gadaffi, exponiendo la vida por liberarse del tirano. Una estampa que los pútridos europeos juzgamos reliquias del pasado. Nosostros y nuestros Berlusconis, realitys, hipotecas. dietas cardiosaludables y bancos. Para qué engañarnos, ¿exponer el pellejo en causas comprometidas? Imposible. Siempre que sea un euro o dos, pase. Lo raro del caso es que las más de las veces lo conseguimos, la historia nos da la razón y realimenta nuestro cinismo. Se llama realpolitik, y más vale gallina viva... Mejor ser cínico, pútrido y mala persona que gilipollas y, pienso en concreto en Willy Toledo, capaz de embarcarse en una "flota de libertad" con destino a... ¡Gaza!. Esperemos que tengan un mínimo de vergüenza y paren en Bengasi a cargar gente para desembarcalos a un kilómetro de Lampedusa; adiós, amigos libiossss, adiosss, dirán saludando con la manita).

Que los humanos tiendan a la mejora no quiere decir que la mejora sea viable. Ojo. Uno puede criticar la política energética japonesa, francamente mejorable a tenor de los acontecimientos, pero hay que conocer el entresijo histórico sobre el que se sustenta el hecho, la realidad que dilucidamos. Uno puede criticar las estrategias de su empresa, pero debe conocer los "condicionantes internos", los equilibrios de poder entre departamentos y personas, las pequeñas inercias que influyen en el todo (sin que ello suponga ni justificar ni lamentar) para una acción efectiva de cambio. Visto así, la mayoría de las estructuras solo evolucionan sobre reformas puntuales en las partes, rara vez sobre cambios totales en el mecanismo. Es por eso que Gadaffi sucede a Gadaffi. Y es por eso que Europa, escéptica y cansada y arruinada de pregonar la paz sobre cañones, mira a otro lado. Por una vez, que sean los chinos los que arreglen este sindiós... si saben cómo... Si los saudies y los iranis les dejan... Si al califa de Argel le da la real gana...

Paralogismos de la razón pura. Dice Kant que la razón no puede llegar a un conocimiento válido (sintético a priori) sobre el alma, Dios o el Cosmos (universo en su totalidad). Entiéndase: no se puede llegar a conclusiones cerradas al respecto. Para Kant, nuestra idea de alma, de Dios o del Cosmos son elucubraciones de la dialéctica (de la lógica como mero mecanismo formal de combinación de afirmaciones) que carecen de un referente empírico que las cargue de sentido. Para mí, fichteano en la sombra, son afirmaciones que se corresponden a la metarrealidad. No sé qué es la metarrealidad, es alguna entidad lingüística, supongo. Es un cajón de pensamientos perdidos: en si mismos no llevan a ningún sitio pero resultan siempre inspiradores. Es un subconjunto de las cosas inefables, como lo sagrado, elementos cuya afloración a la consciencia contribuyen a iluminar nuestra imagen de lo real/irreal. Como el tiempo. No por ello existen en el espacio. Pero, acaso más importante, son...

De Japón quería decir que todo es de un sensacionalismo Godziliniano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que gran filósofo Godzilla. :)