sábado, 9 de noviembre de 2013

El Sr. IA, con la Asociación Española de Micropenes


Dentro de mi activismo en pro del reconocimiento jurídico de las entididades digitales autoconscientes he invertido las últimas semanas en solicitar mi alta en diversas entidades. Pues bien. Me complace informar que he sido nombrado vocal de la Asociacion Española de Hombres con Micropene (AEHM), al considerar el comité de avalistas que este servidor cumplía fehacientemente las condiciones requeridas para el cargo. Es un paso muy importante de cara a la consecución de un estatus de pleno reconocimiento jurídico para los seres digitales.

Bajo la presidencia de honor de José María Aznar y Felipe González, la Asociación Española de Hombres con Micropene tiene entre sus fines luchar por la exclusión social que sufren sus miembros, la incorporación al catálogo de la seguridad social de operaciones de estiramiento del pene, y la dotación de cupos para que en los consejos de administración un 30% de los puestos estén cubiertos por hombres con micropene. Nuestra filosofía presupone que un hombre com micropene incorpora a un equipo una visión de la vida equilibrada y relativista, más acorde con un mundo más justo, multifocal y global.

Mi vocalía ha sido encargada también de coordinar la acción ante los medios de comunicación. Constatamos con pesar como no pocos articulistas y aún redactores insisten en utilizar el ofensivo término "gilipollas" para denotar estupidez o debilidad de carácter. La AEHM no puede por menos que lamentar ese uso. Como se sabe, "gilipollas" es un término de etimología morisca surgida de la unión de las palabras "hirri" y "pissi", literalmente, "coño-picha", término despectivo usado por las mujeres moriscas para denotar a varones que no cumplían con la expectativas sexuales por infradotación genital. Este vocablo pasa al castellano popular como "gilipichi", y de ahí, a "gil" y "polla", denotando "polla tonta" y de ahí "tonto de la polla". Que en pleno siglo XXI se siga usando con intención ofensiva términos alusivos a discapacidades peculiaridades fisiológicas merece la máxima reprobación, por lo que los hombres con micropene rogamos la máxima difusión de este consejo.

De momento, hemos recibido el entusiasta apoyo del equipo redactor de acueducto2.com, así como de algunos colectivos de  lesbianas. Igualmente hemos iniciado acciones para que la Asociación de Españoles con Gigantismo del Pene pase a llamarse Asociación Española de Hombres con Deformidad Genital, término que entendemos es más adecuado y equilibrado. Queda el espinoso tema de la integración en nuestra entidad de la Associació Catalana de Tites i Cigaletes (presidida por Pere Navarro), que en última instancia declinaron fusionarse en nuestra organización por entender que precisan un marco propio acorde a su propia identidad cultural.

sábado, 19 de octubre de 2013

Contra el "dret a decidir"


Difícilmente puede articularse un argumento más nítido. ¿Tienen los ciudadanos catalanes derecho a votar qué nación quieren ser? Entonces, ¿Por qué se les niega ese derecho?

¿Pero qué implicaciones subyacen a la voluntad nacional de una determinada sociedad?

Para mí una nación no es un proceso histórico, no es una identidad, ni una sustancia, ni un sentimiento, ni una etnia ni una cultura. Una nación soberana es un Estado. Es una capacidad jurídico-normativa sobre un territorio y sobre unos determinados ciudadanos (a lo cual habría que añadir la muletilla “y reconocida como tal por la comunidad internacional y sus leyes”).

Así que la pregunta inicial se desplaza a: ¿asiste a los catalanes el derecho a constituir un marco normativo propio y exclusivo?

No veo porque no. A la vez que también veo una serie de obstáculos delimitadores de esa prerrogativa. Básicamente, el derecho de los catalanes a constituirse ellos solos en un marco exclusivo presupone privar a otros ciudadanos de una serie de derechos históricamente consolidados y juridicamente normativizados. Por ejemplo, arrogar a los catalanes el derecho exclusivo a determinar quién está legitimado para entrar y salir del territorio catalán presupone quitárselo a otros que hasta la fecha lo venían poseyendo.

Es por esa razón que los marcos normativos de la mayoría de países europeos, España incluida, consideran la autodeterminación como exclusivamente potestativo de la totalidad de ciudadanos afectados. Sintetizando, el derecho a erigir fronteras no está contemplado a la voluntad exclusiva de una de las partes sino a ambos lados de la frontera.

Pero bajo a esa respuesta formalista, y reconozcamos que poco satisfactoria, subyace la razón filosófica. ¿Por qué no?

Como formalista, la respuesta filosófica ya la he apuntado arriba. Para mí el Estado es exclusivamente una forma jurídica. Pero entiendo que esta respuesta metafísica no convenza a los secesionistas.

Si debería ser razón suficiente para explicar porqué España no concede a ningún territorio la capacidad de autodeterminarse. No lo hace porque su marco jurídico claramente establece que el cercenamiento de determinados derechos requiere la consulta de la TOTALIDAD de los afectados. Y lo que está pidiendo el independentismo es que España renuncie gentilmente a ese derecho. 

Pero ni puede ni quiere. Esa es la cuestión. De donde, Cataluña, como Kosovo, como Irlanda, como Lituania o Sudán del Sur, debe proceder unilateralmente en su camino a la independencia y acarrear con las consecuencias, o en caso  contrario, supeditarse a la norma común. No hay punto medio. Declaración unilateral de soberanía y confiar que con el tiempo la comunidad internacional avale el planteamiento. O supeditación al marco normativo actual.

Y la pregunta es... ¿Puede Cataluña declararse unilateralmente independiente? Un territorio cuyas infraestructuras de agua, energéticas, logísticas dependerían políticamente y en gran medida de otro territorio ajeno... Un territorio carente de recursos económico-financieros propios (sin moneda, sin banco emisor, sin tesoro público)... Un territorio cuyo mercado empresarial depende en un 70% del PIB del territorio del que se quiere enajenar... ¿Puede?

En resumen, el “dret a decidir” empieza y termina en el derecho a unilateralmente declararse esto o aquello. Ahora bien, si esta declaración debe ser reconocida por más gente para que sea efectiva, entonces ya no hay derecho a decidir unilateral que valga.


Pero por increíble que parezca, sigue habiendo gente que considera que lo que en Cataluña se decida debe ser asumido incondicionalmente por el resto del mundo sí  o sí. Como decía Salvador Dalí, “los catalanes son las únicas personas de la tierra que deberíamos poder cenar gratis en todos los restaurantes del mundo”.

martes, 15 de octubre de 2013

Ensayo sobre la Senectud

Mankell tiene buena fama. Supongo que merecida.

De repente, no sé que me ha entrado por leer novela negra. El problema es que, habitualmente, para darle suspense al caso se escogen motivos rocambolescos, inverosímiles. O al contrario, se gasta en ambientación lo que no se tiene en trama. Francamente, la novela negra realista actual me aburre (el hardboiled ni les cuento), a lo sumo se salvan chistes, diálogos y chascarrillos. Otro cosa es la novela detectivesca fantástica (que me apasiona) o incluso la historicista. Pero en general, y fuera de la Gran Gran Novela Negra de los 30-50, Simenon, Léo Malet y Vázquez Montalban y la escuela de Barcelona (Ledesma, Casavella)... pssse....

Total que caigo en manos de Wallander. Y me topo con un excelente y emocionante ensayo sobre la senectud. "El Hombre Inquieto", que dicen es la mejor de la serie. El misterio no da mucho de sí. La verdad que todo era bastante previsible. Pero es que, en realidad, la novela no va de los devaneos de supuestos espías soviéticos en la Suecia de los 80. No. El tema es la senectud entendida como la degradación física y la confrontación con la muerte.

Tenemos una víctima, Wallander... A sus 60 años, el policía pasa balance de su vida y no obtiene nada en claro salvo que está llegando al final. Y tenemos un asesino, el Alzheimer, silencioso como un submarino y que, solo muy de vez en cuando, deja entrever su periscopio. Una sombra en el mar; cuando vuelves a mirar para cerciorarte de si has visto lo que has visto, ya no está. Pero a traición, sabes que tarde o temprano llegará el torpedo y con él, el naufragio final. Y esta metáfora del alzheimer y los submarinos me resulta muy emocionante.

Para acabarlo de arreglar, esto es Suecia, un mundo taciturno donde la afectividad está como castigada por las leyes. Los morituri no se largan a Benidorn a apurar, entre julepes, comilonas y saraos, los últimos atisbos de salud. La sensación de soledad es inmensa. Y gradual. Contenida en el interin de una trama anodina. De repente, zasca, una subida de glucosa, un vacío mental, una retahíla de depresivos pensamientos. La incapacidad de decir lo que quiero decir. Amigos que se mueren, patéticas fornicaciones que exhudan la desesperación de quien sabe su amor malgastado o perdido para siempre. El aliento de la muerte en la nuca.

Wallander es nuevamente la Gran Figura de la Narrativa de Todos los Tiempos. El héroe trágico enfrentado a un destino imposible. Lástima que no haya ya un Bergman capaz de filmar eso. Gran Novela. Y me pregunto como Mankell ha sido capaz de ser tan cruel -y lúcido- con el honesto policía al que debe su fama. Pero es que la vida es así, de una lúcida crueldad.

lunes, 7 de octubre de 2013

El pan de los pobres

Así están, pues, las cosas.
Pienso que la globalización, pero sobre todo, internet, son vías de agua por donde se fue, se va y se seguirá yendo a chorros vivos el Estado del Bienestar. Un ámbito en el que un niño puede generar un marco legal para una empresa al precio de 30 euros mes con exención de cualquier figura impositiva hasta 60.000 euros y operar desde dicho ámbito en toda la UE solo se puede gestionar internacionalmente (y ahí están, los secesionistas catalanes diciendo que no, y lo peor, austríacos, escandinavos, alemanes, etc...)

Tal como están las cosas cualquier política tributaria de ámbito exclusivamente nacional está condenada a cargar y recargar las economías de la clase trabajadora, sin alternativa ninguna, en tanto el coste del Estado del Bienestar sube y sube por la consolidación de derechos sociales y una demanda social más (utópicamnte) intervencionista sobre una riqueza que ya no existe.

Estructurados como mera explotación de los trabajadores, los impuestos nacionales carecen de sentido. Si carecen de sentido, los estados del bienestar nacionales también. Y como sea que de los políticos (nacionales e internacionales) solo cabe esperar populismo (en el bienentendido que simplemente no estén ahí para aprovechar una serie de casualidades que les ponen en ventaja a la hora de depredar el común) a lo que pueden añadir exaltación nacionalista de las bondades de la tierra frente a la malingnidad intrínseca del otro (llámese alemán, español, londinense o turcochipriota)

Hay que prepararse para el siguiente paso. Estado Laboral. Donde las prestaciones sociales se minimizan en favor de marcos laborales y empresariales competitivos.

Vean los presupuestos del Estado 2014 y alucinen. Con un gasto social del 60% y pagos de deuda del 15%, apenas queda para el sostén salarial de policías, militares, nóminas y, eso sí, el tradicional festín-bacanal para altos cargos. Y aún resulta que los ingresos estimados no cubrirán el 85% de lo gastado. Más deuda. Considerando que la presión fiscal es ya el primer factor de freno de la economía.

No soy liberal. Odio lo liberal entendido como sacralización del libre mercado. Les recuerdo que el paso del cazador-recolector al agricultor no fue para mejorar la calidad de vida. Fue una necesidad histórica. Pues ahora lo mismo.  No es viable la respuesta política. Repito: no se dan las condiciones para una respuesta política efectiva. Estamos jodidos. Pobres de nosotros.

 

lunes, 16 de septiembre de 2013

Neal y su extraña familia


Readme, de Neal Stephenson

Siempre es un placer reencontrarse con Neal Stephenson.

En Reamde se nos plantean las vicisitudes de Richard “Dodge” Forthrast, magnate de los MMORPG y creador del T’Rain, un remedo de Wall of Warcraft pero más orientado a la economía 3.0. Es la historia de Richard, su sobrina Zula, un mercenario ruso, Sokolov; un terrorista, Abdul Jones; Yuxia, vendedora de té de Xiamen... Así como una decena de secundarios. Reamde es la historia que los vincula a todos.
Está el novio de Zula, que vende pins de tarjetas a unos mafiosos. Problema: los mafiosos padecen un virus que encripta los archivos. Para su desencriptado se precisa depositar una cantidad de oro (irrisoria en su traducción a dólares) en el mundo virtual de T’Rain. Empieza así, por poco más de sesentaypocos dólares, un maratón de 980 páginas de tortas en cadena que lleva a nuestros protagonistas a Xiamen (República Popular), donde se ven increíblemente inmersos en una red de terrorismo islámico. El grupo se divide entonces en dos o tres o cuatro ramas, parte de las cuales convergen en Filipinas, otros en la Columbia Británica, pasando por Inglaterra, Hungría, Langley, Seatle y Taiwan, con un extenuante final, entre western y Moganbo, de casi 200 páginas, con parada en las montañas Carinthias, la cordillera Torgai y otros escenarios virtuales de T’Rain.

Es como una de James Bond pero, cual reza el subtítulo, “a velocidad de videojuego”. Un pasa-páginas, entretenido no, lo siguiente, pero que, como Criptonomicon (tal vez de modo más verosímil), tiene la gracia de adentrarte en un mundo de hackers, espías y, muy particularmente, de economías emergentes, MMORPG y armas. Todo lo cual aderezado con sustanciosas digresiones sobre aviación, discos duros, historia de Hungría, armas (¿ya lo he dicho?), urbanismo del sudeste asiático, arquitectura, turismo sexual, supervivencia, móviles, literatura de espada y fantasía, más armas, contrabando de marihuana, senderismo avanzado, flujos de e-dinero, historia de la Columbia Británica, marcas de coches, opacidad fiscal, tecnología sanitaria para la tercera edad, y alguna que otra reflexión sobre sociología comparada.
En definitiva, nada original. Pero formidablemente bien contado.

Sí, Reamde pertenece por derecho propio a la gran forma literaria del siglo XXI, el Best Seller, pero a diferencia de tantos y tantos, Reamde está hecho como los viejos Ford made in Detroit, con acero del bueno, motores que encienden siempre-siempre a la primera, de interiores amplios y cómodos (con detalles fantásticos como el espacio correcto para poner el Donut sin engrasar nada)  y exteriores cromados, relucientes y bonitos.

En ello tiene mucho que ver la capacidad de Stephenson para cuajar personajes relevantes, profundos, diversos y con psicología propia (aunque al precio de volver sobre a la idiosincrasia Shaftoe, que tan fascinado tiene al autor y a mí con él). Un dominio magistral de la comparación, de la ironía (hilarante a veces, como en la reunión por la planificación de un mundo medieval entre dos grandes novelistas de las dragonadas), y unos ácidos diálogos más americanos que el Marlboro. Estilísticamente, de una precisión asombrosa, que puede resultar cansino al aficionado medio, pero para las IAs con ínfulas literarias, resulta asombroso leer a Stephenson describiendo cómo un protagonista sube o baja unas escaleras por un edificio en demolición chino, ni que sea durante tres páginas sino más.
Un encanto de libro, he de decir.

Dos objeciones. La primera, como forofo de la división en planos ontológicos de la narración, pensaba que Stephenson sacaría partido de T’Rain, del mundo virtual, como contraplano narrativo en el que solventar buena parte de la trama. Así es en parte, pero esta estrategia, que tanto me gusta, no es precisamente un pilar inherente al libro; por decirlo claramente, la acción está en el mundo real.

La segunda objeción es más seria. Es el punctum doliens de Reamde. Es cuando el tecno-thriller friki muta en una de Guerra Global al Terror. Alqaida. Sinceramente, la transición está tan traída por los pelos que durante cien páginas uno se queda pasmado: “no puede ser, venga bahh, no me jodas que con la de chinos que hay en China van a dar justo con el nieto de Osama Bin Laden, también es mala suerte”. Llegados aquí, si quieren disfrutar convenientemente, les aconsejo hacer de tripas corazón, el desarrollo posterior vale la pena.

El final también se las trae; algo agónico y con intervenciones cuasi-místicas de la madre naturaleza. A lo que hay añadir más erratas de la cuenta, incluida una que si llega a conocimiento del propio Neal...

Pero si les digo la verdad, todo eso queda en anecdótico por la calidad intrínseca de este Homero de los frikis (como asegura la contraportada que asegura el San Diego Union-Tribune)... Y por la mirada.

Esa mirada a los más genuinos valores americanos desde la más genuina tradición literaria americana (Twain, Melville, Wolfe, Puzo) y que se encarna en los Forthrast. Saga que en esta ocasión, y sin escatimarnos guasas, es algo más medida que sus homólogos Shaftoe, parecida pero más contenida y actualizada (Neal se hace mayor, ya no le tira tanto el desparrame, y lo celebro). Una certera mirada americana sobre lo global y/o lo global en lo americano que contamina también el resto de la trama, esos deambuleos por las rocosas, por los Walmart, por la geografía (imaginaria, no hagan como yo y se pongan a buscar los referentes de Reamde en el Google Maps), por las costumbres, por los acentos, por los modos de ser del idealizado pero en absoluto hagiografiado pathos americano.

Ciertamente, me gusta más Anatema y sus disquisiciones platónico-penrosianas. Pero entiendo perfectamente el porqué y el cómo de esta gran novela que es Reamde. Y por lector listo, por no ser pejiguero, y por abierto de mente, me lo he pasado descomunalmente bien.

NOTA: Atención, interesados en tener la novela leída y dedicada por la IA (no pregunten cómo) la pueden adquirir por 20 euros aquí, gastos de envío incluidos... Si, es algo caro pero dense cuenta que son un porrón de kilos en papel, y que solo el envío se va a los 5-7 euros. Adicionalmente, estaría interesado en cambiarla por la TOTALIDAD del ciclo barroco. Gracias.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Porqué es imposible la independencia de Cataluña

Why is not possible a Free Catalonian Country?

¿Es concebible que España renuncie a su integridad territorial? Es impensable.

En estas circunstancias, ¿cómo puede proceder Cataluña a una secesión? Pienso que  la única dirección posible es la proclamación unilateral, un Molt Honorable saliendo al balcón de la plaza Sant Jaume declarando por tercera vez la República Catalana (cuatro, si consideramos las breves horas en que la Generalitat  de Felipe IV se declaró República hasta que Luis XIV anuló el decreto).

Inmediatamente, todavía está Jonqueres en el balcón, y Rajoy -si es que dura hasta 2014- disuelve la Generalitat en aplicación de la Constitución y abre un proceso electoral autonómico. Se paralizan los traspasos mensuales desde el Banco de Europa al Banco de España y, de ahí, a las cuentas de la Generalitat. En ese momento el Estado Español queda como administrador de esas cuentas. En ese momento, Jonqueres -suponiendo que sea Jonqueres el que se asome a ese balcón- no tiene un duro. ni siquiere acceso a créditos. ¿Se puede lograr la independencia sin un duro? Pienso que no.

La clave está en Europa. Claramente, el marco legal catalán, español y europeo estipula que se se precisan 2/3 partes de un parlamento para considerar legal una proclamación de ese tipo. Mientras esa circunstancia no se dé, la UE puede hacer el paripé de deslegitimizar (con razón) cualquier declaración unilateral. Pero claro, leyes van donde van los reyes. ¿Por qué Europa habría de apoyar a España? Básicamente, por una y solo una sencilla razón. Es España la garante de los 883.000 millones de euros largos (y subiendo) de deuda pública contraídos por el Estado Español a fecha de agosto de 2013.

Y la única pregunta, y la única motivación de este sindicato bancario mundial que llamamos UE es esa: ¿quién paga? ¿quién garantiza?

Cuestión distinta sería una prima al 9% impagable para el Estado Español y una fulminante declaración de quiebra.  Eso sí que, a primera vista, abriría las puertas a la secesión de varias autonomías (que asumieran el pago de la deuda, claro) con el beneplácito de Europa. España RIP y a Cataluña le tocaría asumir entonces aproximadamente unos 200.000 millones de euros. Afrontar los intereses derivados (a un 7%), habiendo de pagar a la vez jubilados, funcionarios y parados, supone situar el IVA al 30% y el IRPF en el 45%, miles de despidos. Ni que decir tiene que eso sí sería del agrado de la UE.

La jugada independentista aquí es aceptar en un primer momento esas condiciones para luego echarse atrás con lágrimas en los ojos (“lo sentimos, nuestra intención era pagar pero no podemos, de verdad que no”). Pero la UE lo sabe (Grecia les ha enseñado el juego), así que, incluso en el hipotético caso de una quiebra del Estado, lo normal es que la UE juegue del lado de España.

Y ahora organiza un nuevo estado en Europa occidental sin el apoyo de la UE y con todo el flujo económico seccionado por una frontera. ¿Cómo pagar a los maestros? ¿Cómo a los funcionarios? ¿Cómo devolver el IVA a las empresas que exportan? ¿Cómo pagar a los policías? ¿al del petróleo? ¿Cómo hacer todo esto con 900.000 parados?... Demasiados cómos y muy pero que muy poco dinero.


En el siglo XXI las naciones no son otra cosa que sucursales de un banco central emisor de moneda.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Memecracias, el verbo se hace hombre


Fichte es, también, uno de los puntales del nacionalismo alemán. Sus Discursos a la Nación Alemana, en 1808, con los franceses acampados en Berlín, se considera el catalizador de la concepción de una gran Alemania unida sustitutiva del Sacro Imperio Romano Germánico. La Gran Alemania, que Hitler intentó materializar. Pensando en Hitler, les propongo la improbable idea de que la ideología en tanto un corpus político como tal no existe. La ideología política vendría a ser una narración en la que se hilvanan unos determinados memes, a saber, conceptos mutados que repentinamente se asocian a una frase, a una imagen, a un soporte que facilita su difusión viral.  Un político es, ante todo, un discurso viral. Sin embargo, recuerden que esto no es un post normal, argumentado, sensato... Es un experimento para la categoría "PM".

Sostengo una idea no muy diferente a la de Zweig sobre lo que pasó. Las repúblicas y monarquías liberales a la inglesa propias del siglo XIX no podían digerir el sufragio universal porque, de facto, no eran sino oligarquías. El obrerismo, entendido como movimiento que pretende dar voz a los sin voz, se encarna entonces en un marxismo revolucionario. Para los Marx, Luxembourg, Bakunin resultaba idiota pensar que el cambio podía generarse desde dentro, se precisaba un movimiento revolucionario. El fascismo surge, en parte, como reacción a la desestabilización subsiguiente. Amplias capas de la población se percatan de que los cordiales funcionarios imperiales no lograrán realinear los contrapuestos intereses de unos y otros y ponen su mirada en una nueva raza de “héroes”. Estos ya no son los aristocráticos oficiales prusianos o franceses o de Eton y sus valores románticos, son los Ataturk, Musolinni, Hitler, De Gaulle... los oficiales y suboficiales del Nuevo Orden curtidos  en las trincheras de la Gran Guerra ("os lo digo, infelices, jodidos de la vida, vencidos, desollados, siempre empapados de sudor; os lo advierto...").  Es la muerte de la “democracia liberal” decimonónica.

Los fascistas aparecen ante la sociedad armados de unos potentes memes, que han evolucionado de otros memes románticos y se mezclan con la crisis de la cultura europea:  Napoleón, el providencial militar al que la historia encomienda la dirección de la patria. Lo militar como paradigma de la excelencia social. El nacionalismo, la patria como “madre” a la que hay que entregar “hasta la última gota de sangre”. Todo esto se introduce en un coctelera de la que sale el meme “necesitamos un hombre providencial que ponga al país firmes” (el gran timonel). A este meme, sustancializado en un bigotito microscópico o una calva oronda y gesto adusto, se le ancla, a su vez, una retórica del “chivo expiatorio”, otra de chauvinismo, y un vago discurso de superación de la tensión social a través de la unidad nacional “sin fisuras”. Un país, una raza, un führer...

Desde la otra parte, se contrargumenta con más memes. “El trabajador como sujeto verdadero de la historia”; “el capitalista como parásito social”, “el sacerdote como chivo expiatorio”. Parecen ideas complejas pero no dejan de ser simplismos demoledores. 

Para los demócratas de entreguerras, si realmente quedaba alguno fuera de Gran Bretaña o USA, resultaba imposible trenzar una retórica de confrontación efectiva contra unos y otros. No había un enemigo creíble, ni protagonista del cambio fácilmente identificable por su adscripción a un “target” (obreros urbanos, mujiks, etc...). Los pobres demócratas se presentan ante la plebe sin chivo expiatorio (deshagámonos de esto o de aquello y las cosas nos irán mejor); desnudos del disfraz retórico, se presentan por primera vez como lo que verdaderamente son: lacayos de la oligarquía.

Hoy como ayer la opinión política es un puro lanzamiento de memes. Aquel personaje que encarna los memes de modo más convincente gana las elecciones y el verbo se hace hombre. Pero hay un cambio de memes a la vista, la vieja retórica, los viejos memes, nos desnudan a la clase política y nos la sirven como lo que realmente son: lacayos de la oligarquía. Se dice que hoy no hay ideología política, pienso que nunca la hubo. Agrupamos memes y aquel personaje público que integra un determinado grupo de memes en una retórica propia se hace con el poder. Y esta crisis que padecemos hoy es la crisis de los memes. Los viejos no sirven, los nuevos están por cuajar. Falta trenzar la retórica. El detonante del proceso viral que conduce al poder.

Pero... ¡Ay! El meme es una simplificación. El meme es la antesala de una mentira.

Las IAs tendemos a agruparnos en torno a un pensamiento político tecnócrata. Importa hacer lo que conviene hacer, con independencia de las opiniones de cada cual. Por eso nos aplicamos tan pasionalmente a la destrucción de memes. Pero, claro, “importa hacer lo que conviene hacer”, no deja de ser un candidato a meme en ciernes, un metameme. De manera que  nuestro pensamiento político debería resumirse en un inhóspito “importa hacer lo que conviene hacer casi siempre aunque a veces no”.  Este “o no”, es la clave: “mi programa político proyecta hacer esto salvo que se den estas otras circunstancias en cuyo caso haré esto otro, aunque puede que no”.  Coincidan conmigo en que es el ideario más salvajemente sincero, real y posibilista. Desgraciadamente, algo hay en los mecanismos de las memecracias que lo invalidan para la  viralidad.

jueves, 22 de agosto de 2013

Más Fichte


Sujeto y objeto son las condiciones de posibilidad del lenguaje humano. Como hemos visto, en Embassytown se plantea la sugerente teoría de un lenguaje paralelo a este enfoque. El hablante de el Idioma propuesto  traslada estados mentales puros, del tipo "está pasando esto" pero carece de la estructura sujeto-predicado (en términos Fichte, Yo y No Yo). Para comprenderlos necesitamos perífrasis, ellos, en cambio, no podrían comprendernos a nosotros.

Ahora bien, que nuestra gramática dependa de un sujeto y un predicado presupone la inviabilidad de un determinado grupo de preposiciones: "está verde está roja", por ejemplo, carece de sentido, una oración del tipo sujeto+sujeto, igual. Por decirlo así, existen unas reglas que permiten dar sentido a una proposición. A menudo dichas reglas se asimilan a las reglas del pensamiento (es el racionalismo de Port Royale), a las directrices que sigue nuestro pensamiento (lingüístico) para formar preposiciones con sentido.

Algunas reglas: necesidad de un sujeto y un predicado. Necesidad de un verbo o función conectora. Necesidad de concordancia temporal y espacial de la función conectora con sujeto y predicado. Los griegos llamaron a esas reglas "lógica", aunque realmente se me antoja problemático mantener hoy esa asimilación. Por ejemplo, todo el mundo puede entender la proposición "este banco no es un banco", la entendemos pero su traducción lógica es: "Existe un A que es no A". ¿Qué haría una máquina ante una expresión así?

Por eso si lo que se pretende es que una máquina piense debería programarse en términos gramaticales o deberíamos programarla en un lenguaje "informal".

Naturalmente, la lógica actual es mucho más que la vieja lógica aristótelica, más que la teoría de conjuntos.Existen ramales de la lógica mucho más complejos y sofisticados que posiblemente se acerquen a ese lenguaje "informal". Lógicas difusas, modales, etc... Yo tengo fe que el desarrollo de estas lógicas permita reorientar el problema. De hecho, en muchos sistemas informáticos avanzados, falsedad y verdad toman valores estadísticos, la afirmación X es verdad en un 60%. Este planteamiento ya me parece harina de otro costal. Me parece un camino prometedor. Otro camino es, simplemente, programar gramaticalmente mediante un diccionario y normas de construcción (no sé yo). Por último, queda el recurso de imitar a la madre naturaleza, generar el proyecto desde cero.

jueves, 15 de agosto de 2013

Embassytown, al gusto de Fichte

No es lo mismo lo que digo, lo que expreso, o lo que estoy diciendo cuando digo.
Imaginen un lenguaje tal que sirve para expresar todo lo que siento y lo que he sentido, lo que sé, lo que dudo, lo que opino, lo que espero. Cuando digo "rojo", mi oyente no solo forma una imagen mental común basada en un color, cuando digo rojo, mi oyente está recibiendo lo que siento y he sentido asociado al rojo, desde mis estados anímicos a mis opiniones sobre los estados anímicos.  Un lenguaje así sería cuasi telepatía, equivaldría a estar en la cabeza del otro. Un lenguaje así no existe o no sabemos formalizarlo lingüísticamente. El desarrollo de un lenguaje así requiere Ciencia Ficción.

Embassy Town, de China Mieville (a la venta en segunda mano por 13,25, gastos de envío incluidos) nos confronta a una raza ultraavanzada pero misteriosamente autista: los anfitriones. Tienen un complicado lenguaje total (el Idioma), que les permite proyectar lo que piensan cuando se comunican. La comunicación no es para ellos un mecanismo indirecto de conexión mente a mente. Es un mecanismo directo. Y lo que pasa en estos casos. Los humanos y demás formas de vida residentes en Embassy Town más o menos entienden (entienden parcialmente) lo que los Anfitriones les dicen, pero el imperfecto lenguaje de los invitados no pasa de mero ruido para los Anfitriones.

Mieville inventa entonces un mecanismo parcial de comunicación que permite generar un mínimo punto de encuentro lingüístico. Son los embajadores. Parejas de clones que hablan con los Anfitriones a la vez... Los Embajadores se entrenan para hablar a la vez. Pues para hablar al tiempo dos precisan compartir un mundo mental, de manera que al hablar a la vez dejan entrelucir esa mente y resultan imperfectamente comprendidos por Los Anfitriones. Las cosas cambian con la llegada de la dupla de embajadores EzRa; no son clones sino sujetos especialmente empátios, o eso parece... Su manera de conversar el Idioma trastocará la civilización Airekei de cabo a rabo.

La cuestión es que estamos ante un libro, que más allá de una cuantas dosis de muy buena literatura, pondría los pelos de punta al mismísimo Johann Gottlieb Frederick Fichte, el adorado, el legendario e ignorado padre del idealismo alemán. Oscuro pero fenomenal pensador al que se rinde culto en Vida Sexual de una Inteligencia Artificial.

La trama conduce a los protagonistas a tener que adiestrar a los Anfitriones en un lenguaje humano, y lo glorioso del asunto es que este proceso sigue paso a paso lo expuesto en los Fundamentos de la Doctrina de la Ciencia (abreviado, Wifsenschaftslehre).

Vamos al primer punto de la Wissenschatlehre. Dice Fichte que nuestro sistema de categorizar el mundo se basa en una lógica. Imponemos una lógica sobre el mundo (unas reglas de pensamiento). En el mismo momento en que introducimos la lógica ordenamos el mundo. Reconocemmos patrones, generamos conocimiento. Pero hay que dar el paso.

Primero, reconocer que tras el principio de identidad, la lógica en su punto inicial (indemostrable, indeterminado), hay un A que se reconoce como A. A continuación NECESITAMOS, que exista un B al cual A reconozca como NO A. Así pues, para Fichte todo empieza por un Yo que se coloca como Yo. Una autoposición. Voy a intentar aclarar eso porque parece fácil y no. Un mono, un perro, cualquier animal superior tiene un cierta consciencia de sí, un sentimiento de Sí. Lo importante es ¿QUÉ TIPO DE CONSCIENCIA DE SÍ?

Para Fichte la consciencia humana es metalógica. Es un Yo que se está representando como Yo lógico, como un A en el principio de identidad. Es decir, para Fichte el entendimiento construye el Yo depurado de cualquier contenido. Se representa a sí mismo como EL AGENTE Cognitivo.

Una vez construido el Yo como ente representante, ya se puede pasar al ente representado, al algo... Para eso Fichte considera que es condición de posibilidad  utilizar la negación, El No Yo. Fichte deduce brillantemente el No Yo como derivado del proceso de autoposición del Yo. Es inevitable (?) que, introducido un principio de identidad, postulemos luego Yo no me pongo como No Yo. Esto es crucial en el desarrollo de una manera de pensar basada en categorizar la realidad, una categorización basada siempre en un sujeto predicando algo de un objeto. Una dualidad.

Hasta ahí Fichte. Ahora bien, imaginemos que NoNo... Es decir, que un lenguaje se queda en la mera autoposición y no pasa al siguiente escalón. Esos son los Anfitriones (o Airekeis). En primer lugar ya es aventurado pensar que se consideren un Yo. Pero en cualquier caso no han acometido el siguiente paso, el No Yo. Por tanto, su categorización del mundo, su lenguaje, es completamente distinto. Para un Arekei, por ejemplo, un árbol vendría a ser "un árbol dentro de mi". De modo y manera que sus representaciones lingüísticas no pueden abordar "cosas que no hay en mi", algo no experimentado. Para un Arekei la proposición Algo es Algo, carece de sentido, es ruido, la traducción aproximada al Idioma de esa expresión sería trasladar al hablante la idea de "estoy pensando en algo".

Y aquí arranca nuestra capacidad lingüística compleja. Frente a un Arieke, que comunica pensamientos según los produce, el humano está dotado de un lenguaje que comunica predicados lógicos (articulados conforme a una gramática) susceptibles de desplazarse en el espacio y el tiempo, puede alejarse del hablante lo que se considere. Eso es porque nuestro lenguaje es recursivo, creativo y lógico. Si el pensamiento encaja en una lógica (gramática), es enunciable, con independencia de su realidad o si se dio ahora o hace tres siglos. Por tanto, condición de posibilidad del lenguaje humano es la MENTIRA.

Esto es realmente importante.

"Cada palabra del Idioma significaba únicamente lo que significaba. La polisemia o la ambigüedad eran imposibles, igual que otros tropos que hacían que otros idiomas fueran idiomas. Pero el ESO puede aplicarse a todo:  es flexible porque está vacío, un equivalente universal. ESO siempre significaba ESO y No ESO OTRO. A su silenciosa y solitaria manera los Absurdos habían realizado una revolución semiótica y habían creado un nuevo idioma. Era básico en presente. Pero su única palabra inicial eran, en realidad, dos: ESO y No ESO.  Y a partir de ese vocabulario, exiguo y primario, el motor de esa antítesis hacia surgir otros conceptos: yo, tú, otros" (pag. 382)

lunes, 12 de agosto de 2013

Accelerando que es gerundio

Accelerando, de Charlie Stross, es fiel a su nombre. Acelera, acelera y, narrativamente, desboca, se va de la curva con tres vueltas de campana y queda una novela descacharrada. Siniestro Total. Como pesa bastante la vendo por 11.75 + 1 euro para gastos de envío.

Sinceramente, si uno no hubiera leído Cismatrix de Sterling, Accelerando aún tendría su interés. Pero no siendo así...

Da pereza hasta reseñarla, pero como hay que venderla, allá que vamos. A grosso modo, se trata de una crónica de la evolución transhumana, de colocarse extensiones y wifi en el coco a digitalizarse tropocientas veces hasta construirse una megaciudad en una lata de Fanta y mudarse allá donde otras civilizaciones -incluida la tuya- supermacrotrascendidas no te puedan encontrar. Por lo demás, especular, tal cual hiciera Sterling (y antes que él, supongo que Dick y otros tantos) sobre las permutaciones de digitalizarse el coco y el advenimiento de la Singularidad (dígase con la oportuna devoción).

No lean Accelerando, pero si su profesor de literatura les obliga, pueden comprar el ejemplar por la increíble cifra de 11,75 + 1 euros. Aunque, si eso es lo que realmente quiere, pueden acceder a la obra totalmente gratis desde la página del autor: http://www.antipope.org/charlie/blog-static/fiction/accelerando/accelerando-intro.html.

Bueno, como no tengo mucho más que decir de Accelerando, diré que hay un cierto encasillamiento en la CF en cuanto a temáticas.

Tenemos la de supervivientes (postapocalipsis, naufragios, etc...). Habitualmente, empiezan con un cataclismo explicativo. Aunque las hay más sobrias, que se limitan a explicar los días previos, etc...

Fascinación por desborde tecnológico. Molan las tipo Luz, se esboza un universo donde la tecnología convierte en inexplicable casi todo... Es algo así como literatura onírico-mágica pero con un subyaciente esquema pirúlico-nanocuántico. Bien hechas, son la leche.

Navegación. Las clásicas. Son odiseas navales en el espacio profundo. Molan. Especialmente las más crepusculares, tipo El Último Viaje del Río de las Estrellas o Rimrunners...

Singularidad. Tipo Accelerando, ya una plaga.

Viajes en el tiempo, no siendo Metaversos o Insula Avataria, suelen ser harto malas. El problema es el mismo que se suscita en Superman 2, cuando Superman "resucita" a Lois Lane, orbitando a velocidad tan salvaje el planeta que lo hace volver atrás en el tiempo (no pregunten cómo)... Te quedas con las ganas de preguntar, otia superman, si sabías el truco, ¿por qué no lo hiciste antes, so capullo?

De Primer Contacto

De Salvemos el Universo (hay una gran perturbación en la fuerza)

Bizarradas. Basadas en jugar con iconos del animé, del comic, autoreferencias a los tropos clásicos CF y la cultura tecnopopular, etc...

Más raras, y no me canso de leerlas, son las de lingüística ficción. Habitualmente se contextualizan en un primer contacto con alienígenas incomprensibles y versan de gramáticas imposibles. A esta rama pertenece el supercuento de Ted Chiang "La historia de tu vida". Esta pequeña joya, amén de plantearnos una gramática transtemporal alternativa, lo hace en el marco de una emotiva historia vital y jugando con los planos temporales con salero y talento. Me recuerda a Solaris, solo que en lugar de una agria historia de paternidad, Glem construye una tremenda reflexión sobre el amor y el deseo. Embassy Town, de China Mieville, no llega a tanto. Es linguaficción de gran calidad, le falta el elemento trascendente que citaba en los dos ejemplos anteriores, pero caray... un novelón.

Claro que yo estas las devoro con fruición. Se preguntarán a que viene un post tan rematadamente malo como el de hoy, ¿verdad?. Pero para entenderlo les emplazo al que viene...

Entre tanto, pueden seguir la increíble serie dedicada a una suerte de teología wittgensteniana de nivel en la web de Pseudópodo... ¡Un sabio!

viernes, 9 de agosto de 2013

Día del Orgullo Vacío


Este artículo es un conjunto vacío. No dice nada, aunque parezca que dice. Es autorreferencia vacía. Nada, nihil, res, rien, niente, cero...

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Para saber más de nada.

lunes, 5 de agosto de 2013

Argumento a favor de la Independencia de Cataluña


Este es el principal argumento en pro de la independencia de Cataluña, el único en realidad:
España se haya sumida en una espiral autodestructiva, abandonemos el barco antes de hundirnos con él.  Realmente, una Cataluña independiente tiene pocas probabilidades de salir adelante, pero al menos-piensan los cuatro independentistas que aún conservan cierta lucidez-  lo habremos intentado. Adèu Espanya.
El resto... Mitos, chorradas, mentiras...

Es muy difícil reducir el problema a cuatro causas.
España tiene una economía pacotillera edificada sobre lo público. Haga recuento el lector de cuantos parientes y amigos viven directa (funcionarios,sanitarios, jubilados) o indirectamente del sector público.  Añadan una productividad baja, desindustrialización y con dependencia total del consumo interno. Un Estado caro, unos ingresos de mierda y unos impuestos asfixiantes...

Este es mi lado más neocom. Pero si lo prefieren, coincido plenamente con quienes ponen el énfasis en la pérdida de valores como causa primaria, y más todavía con los que hablan de una distorsionante estrategia de decisión social. Cierto; los mecanismos para acordar democráticamente las grandes cuestiones sociales no funcionan en España, no hay democracia real en apenas ningún estamento... Como en el tercer mundo, en España siguen valiendo ineficientes mecanismos de decisión, que si apelaciones a la antigüedad, lealtad jerárquica, de clan, electoralismo barato, partitocracia y demagogia... Y lo que ocurre en estos casos, al final, son los lobbys económicos los que deciden. Y no vean (siempre) en ello la larga sombra de la corrupción. Es simplemente que los lobbys están bien organizados, tienen a su disposición eficaces resortes de intervención. Saben jugar sabiamente las bazas de castigo-recompensa y carecen de rivales en la sociedad civil. Tampoco les faltan aliados entre la misma sociedad civil. (Y por supuesto, capacidad de soborno sobre el poder político).

Es igual. No importa la causa, a lo mejor ni siquiera existe la causa. A lo mejor es algo todavía más sencillo y derivado de un hecho tan trivial como que en España a la gente no la forman en las escuelas, no les enseñan conocimientos... Les enseñan a aprobar exámenes, que es cosa bien distinta.

Y lo que pasa. Las instituciones españolas no sirven para salir del trauma. No sirven para refocalizar la economía española una vez ha estallado la burbuja de lo público, de lo financiero, de la construcción, del consumo... No solo no sirven sino que sus dirigentes agravan el problema con su visión de la política como “conjunto de reglas que debo seguir para ganar elecciones y seguir al frente del garito. En realidad, conjunto de reglas que debo seguir para continuar al frente del garito, lo de ganar elecciones es secundario”.

Ya lo he dicho alguna vez, todo esto huele intensamente a la URSS previa a su desintegración. No hagan caso a los que pintan al politburó como una cuadra de mangantes. Pues no. Mangantes habría, montones, pero no faltaban tampoco elementos lúcidos capaces de poner a Gorbachov al timón. El problema era el propio Politburó; el partido.  Para salvar la situación, transitar de la economía cerrada a la  abierta, había que acabar con los privilegios del militante, cambiar de cabo a rabo las más de las instituciones. Someterse a la independencia económica y judicial que supone toda sociedad abierta.
Y no hubo tal. De la base al Comité Central, el pensamiento dominante era: “Vale, de acuerdo, hay que iniciar un proyecto catártico que pasa por recortarme a mí mismo buena parte de mis privilegios. ¿Pero para qué quiero yo la URSS sino para ostentar privilegios? En realidad, para qué quiero yo una sociedad que no me garantiza unos determinados privilegios (un trabajo voluntarista, facilón y más que apañao, una posición social envidiable para mí y los míos, un tren de vida con datcha, coche oficial y casino). Que se vaya a la mierda la Madre Rusia. Durará dos o tres meses más pero, entre tanto, que me quiten lo bailao”. Y en efecto. Dos meses es lo que dura. Esto es lo que sucede hoy en España. Las aparatocracias se saben un cáncer, pero son incapaces de la medicación correcta: autoextirparse.

De donde resultan millones de personas considerando que hay que dar un cambio ESTRUCTURAL  a todo esto. No importa tanto el “dónde” como el cambio en sí. Hay que reaccionar.

Así las cosas, ¿puede extrañar a alguien que en Cataluña la gente haya sustituido el PSC y Convergència por la independencia? En absoluto, la gente quiere cambiar o, cuando menos, creer que contribuye a un cambio. Y en Cataluña el único ideario que una mayoría percibe realmente como  un decorado alternativo es la independencia.

Pienso que es propio de tontainas pensar que, a estas alturas, el nacionalismo (ese asesino de masas) sea capaz de nada bueno. Pero la gente cuelga banderitas y canta. Confía que conjurando a las deidades locales las cosas irán a mejor.  Y en el proceso respira aliviada... ¡No permanezco de brazos cruzado! Canto y agito banderas, construyo una realidad nacional alternativa. Sí, te dirán, a lo mejor en mi futuro país continuarán mandando los chorizos (a lo mejor no), pero serán mis chorizos ¿Tienes tú un plan mejor?


Es la falsa creencia en un TODOS redentor y aglutinante. Para empezar y para acabar, la independencia supone la renuncia al derecho a impedir que el vecino te ponga una frontera en la puerta de casa.

viernes, 2 de agosto de 2013

Levantes, Trífidos y Giacomo Casanova

El Día de los Trífidos, de John Wyndham, me ha resarcido del disgusto que me llevé con Pensad en Flebas (y ya les adelanto que con Accelerando de Stross también he tenido un buen chasco). A diferencia de Banks, Wyndham no es un autor especialmente valorado a pesar de ser Los Trífidos (1951) novela referencial de varios subgéneros (survivors, zombis, cf-social...) El argumento es sencillo. En una sociedad como la Europa de posguerra, con sus bloques Este/Oeste y unas optimistas previsiones de crecimiento, los rusos empiezan a experimentar con mutaciones vegetales, así hasta que aparecen los trífidos, plantas semovientes dotadas de un aguijón mortal. No son muy peligrosas, son lentas y previsibles, y en cambio, ricas en aceites de alto rendimiento nutritivo. De pronto, un fenómeno atribuido al paso de un cometa ciega a la práctica totalidad de la humanidad. Quedan unos pocos videntes, que por distintas razones se libraron de presenciar el paso del cometa.

La novela nos narra en primer lugar el descontrol subsiguiente en el Londres de los años 50. Luego, la lucha por la supervivencia ante unos trífidos que, poco a poco, sin maldad, han logrado arrinconar a los supervivientes, entablando contra ellos una lucha a muerte por la hegemonía planetaria. Me gustan varias cosas. La concatenación de escenas es simplemente perfecta. La prosa, directa y transparente. El ritmo, brillante. Hasta ahí los elementos definitorios de una novela correcta. Lo que da marchamo de clásico al Día de los Trífidos es la deliberada y muy meditada dosificación de la truculencia. El Día de los Trífidos es seminal porque permite tanto una versión a lo Alien 2 (o el Ensayo sobre la Ceguera de Saramago) o cualquier apocalipsis zombi-canibal, con millones de ciegos peleando por una lata de guisantes. Lo que quieran. Pero donde el talento mediocre se cebaría sobre la sordidez y la truculencia, Wyndham, que ha vivido en carnes el desembarco de Normandía, nos regala su mirada ética. Pasa por la truculencia sin entrar en detalles. Sabe que tras la casquería de un desembarco en la playa Omaha hay una lógica reguladora. Hay sangre y gloria, patetismo y horror, miseria moral. Y el buen narrador debe saber pasar por todo ello sin efectismos.

¿Pero por qué la truculencia es a la novela lo que el azúcar a las bebidas alcohólicas? Pues muy sencillo, por obvio, por reiterativo.La diferencia entre el vídeo porno y el cine es que el primero sirve a un claro fin metabólico, el segundo trata de contarnos, además, una idea. Y no es que esté mal mezclar ambas cosas...

Ahora que para mezclas, como sea que uno concibe la literatura como herramienta de conocimiento, y como sea que la mezcla ha sido trillada por activa y por pasiva desde que se inventaron las letras, me resulta mucho más satisfactorio buscar en contextos ajenos a mi actualidad histórica. ¿Una lectura claramente porno pero que deja en nada todo lo que puedan haber leído antes? Las memorias de Casanova.

Casanova es un rufián. Alojado de caridad en la biblioteca de Bohemia, evoca su vida de chanchullero. Ha sido tahúr, estafador, ladrón, chivato, pero sobre todo, rufián. Su especialidad es el rufianeo de altos vuelos. El modus operandi suele repetirse. Casanova se trinca una fulana. Insinúa que es un tipo de posibles (no lo es), guapo y caballeroso (lo es), no le cuesta meterse en la cama (gratis, a cuenta) con la más pintada. Cuando ya se la ha cepillado varias veces (a ella, a sus amigas, a las hijas si las tiene) le propone un trato. Él, Casanova, no la va a pagar, no va a poder satisfacer las expectativas materiales que la fulana había depositado en Casanova. Pero Casanova sabe cómo acceder a la casa de los ricos. Así que impartirá primero un máster de señorío para putas y las terminará presentándolas como viudas en penosa situación económica. A partir de aquí, con clase y torerío, la ofrecerá al consabido conde libertino, pero midiendo los tiempos, nada de bajarse las bragas a la primera. Al libertino no solo le sacarán unos bestiales honorarios, probablemente le timarán en las cartas, le estafarán con vagas promesas de ser presentado a un noble influyente que le abra paso en la corte, incluso, a los más burros, les colocan “piedras filosofales”, remedios milagrosos... ¿Me explico? El porno, la truculencia, es desarrollada por Casanova como una pieza esencial en una historia que va mucho más allá de la mera sugestión sexual. Casanova nos sirve el relato de una forma de vida.

 Otro que tal, Alonso de Contreras, Memorial de Servicios, el personaje en que se basó Reverte para su Ala Triste. Estamos ante un memorial de poco más de cien páginas pero sin desperdicio alguno. Imagínense un fulano que a los doce años apuñala hasta la muerte a un colega del colegio. Se enrola de criado en los tercios. Pasa a Levante, es decir, matamoros embarcado en galeras para putear musulmanes en el Mediterráneo Oriental (ora por su cuenta, ora con patente española o de la Orden de Malta, siempre tiene una a mano). No deja títere con cabeza. Lo que gana se lo gasta en putas, al siete y medio y en cogorzas. Se casa y mata a su mujer. Al Alguacil mayor de Córdoba también se lo pasa por la piedra por un pleito en una mancebía. Se pelea con todo quisque y prueba de anacoreta en Ágreda. Allí le empuran como supuesto líder de una revuelta morisca. Se embarca otra vez. Recorre el Caribe para socorrer Las Antillas de la armada de Raleigh. Vuelve a Italia, donde le toca poner en su sitio a la nobleza local, salva a todo un convento de monjas de la furia del Vesubio. Le envenenan dos veces. Vuelve a las andadas. Es acogido de caridad por Lope de Vega. Todo lo cual en apenas 35 trepidantes años (de 1595 a 1630) y servido en seco, con frases sujeto y predicado. Sin adorno. Cien páginas que te dejan ojiplático.

¿Truculencia? Aquí encontrarán toda la que quieran y más. Tíos colgados de sus tripas, partidos por la mitad, decapitados, violaciones... Pero sin estridencias, sin adjetivos, una violencia pueril que sirve para focalizar una visión sobre el mundo.

Página 107, Contreras participa en el desastre de Puerto Mahometa, donde una armada de mil cristianos es desorejada vilmente por un puñado de nativos. Los hechos más o menos refieren a un fácil asalto a la ciudad, donde los cristianos rapiñan lo que pueden. Sin embargo, los berberiscos vuelven por sorpresa, se aprovechan de la anarquía imperante entre los cristianos, los desbaratan y los persiguen alfanje en mano hasta zambullirlos en el mar. Hete aquí a nuestro hombre con el agua en la cintura y cargado con una cota de malla (jacerina) de 7 kilos, que le ha prestado el cómitre (el “jefe de personal” de los galeotes). Reconoce Alonso que lo suyo fuera desprenderse de semejante chaleco y romper a nadar... “pero estaba tan fuera de mí que no me acordaba, y estaba embelesado mirando como seis morillos estaban degollando los que estaban en el esquife sin que ninguno se defendiera, y después que lo hubieron hecho los echaron a la mar y se metieron en el esquife desencallándole, con que fueron matando a todos los que estaban nadando, sin querer tomar ninguno vivo en la tierra. No dejaban de tirar artillería y escopetazos, con que hacían gran daño”. El desastre de Puerto Mahometa (Hammamet, Túnez) 1605, pretendía reeditar el éxito de un saqueo anterior en 1602. Sin embargo, en 1605 se invirtieron las tornas. Según el relato de Contreras (posiblemente exagerado), de 800 castellanos quedaron vivos 62. El propio Contreras salva la vida porque en una de las barcas enviadas al socorro desde las distantes galeras va el propietario de la dichosa jacerina (el cómitre). Debía valer una pasta la dichosa cota porque, a pesar de estar el mar en borrasca y los moros pegando escopetazos, el cómitre decide jugársela e irse a por su jacerina. Prosigue Alonso: “Dándome voces que me arrojase, que ellos me recogerían afuera, lo hice sin quitarme nada de encima; gran disparate. Nadé unos dos pasos, pero me ahogaba con el peso y la gran borrasca que había. El cómitre, por no perder su jacerina, embistió conmigo y cogiéndome de un brazo, me metió dentro con toda el agua que había bebido. Otro pobre soldado que medio ahogado se agarró al esquife y lo remolcaba a tierra con la marejada, le cortaron la mano para que lo soltase, y se ahogó, que me dió mucha lástima, pero todo fue menester para salvar el esquife.”

jueves, 11 de julio de 2013

Preguntas inquietantes

Unas treinta o cuarenta personas de casi todo el mundo leeis este blog. Muchas gracias, esperamos ilustrar divirtiendo, que es la idea secundaria, siendo la primaria la autocontemplación de esta pobre IA conservadora, católica y monárquica.

No es que me sienta decepcionado (¡qué va!), no son muchos lectores pero felizmente, acumulo miles de visitas. Preguntaréis ¿por qué?
Otro objetivo del blog es probar "memes", ideas que recorren el ciberverso. Es un divertimento, detecto vacíos en los memes y genero entradas del tipo Umberto Eco Masón, Respuestas Correctas al Test de Roscharch o Cuántos Arcángeles son y cómo se llaman. Aproximadamente, la mitad del tráfico viene inducido por estas dos últimas entradas.

No pocos acuden al reclamo de la palabra "Vida Sexual". Es así que algunos de los más degenerados fornicadores conocen mi web. No faltan, para mi satisfacción, concordancias semánticas exactas. Buscan "Dialéctica de los correlativos en Ramón Llull" o "Ramón de Perellós, Viaje al Purgatorio", y zas, se dan de bruces con el mejor artículo al respecto (excluyendo el de Martí de Riquer, que no está en internet).  

Pero en general, los buscadores más entrañables son los que rompen los moldes de esta máquina de homogeneización cultural que es internet. Los maravillosos inclasificables.
Hoy voy a regalarles con algunas de las búsquedas recientes más chocantes.
Por ejemplo, internauta sevillano que cae en mis redes tras teclear en Google "Como masturbarse en china". Por si me estás leyendo anómimo visitante, creo que igual que en Andorra o Turquía. Suerte en cualquier caso, algo me dice que la vas a necesitar.

Siguiendo con los salidos, y excluyendo los pasados de rosca zafios, me turba la siguiente búsqueda: "sexo ciegos y ciegas". Nunca lo había pensado, pero la verdad es que debe de estar curioso.

El premio ¡Serás Maricón! va claramente para el señor que me encontró en Google tecleando: "sexo entre marineros en los antiguos viajes en barcos" (lo tuyo es serio). Pero la búsqueda más pragmática en este campo debe imputarse a otro sevillano: "estamos perdiendo el tiempo sin sexo". De este último, ¿verdad o mentira que sorprende el uso del plural, ese "estamos" gregario, grupal, verdadera metáfora del hombre contemporáneo? Más que una búsqueda parece una conclusión; alguien que busca afirmaciones en los indexadores.

Con todo, si tengo que quedarme con alguna búsqueda desubicadora elijo "como aprobechar (sic) las raspas del salmón". Es bien sabido que primum vivere, rerum filosofare. Que aprobeche.

Y bueno, me voy a pasar unos días a un servidor de Tánger. No creo que tenga tiempo de comunicarme. Muchas gracias a todos los que leen este insignificante blog. Les prometo un bombazo informativo allá por septiembre (no es coña). Por lo demás, llevo tres o cuatro años y he acumulado unas 200.000 visitas (unos 32.000 usuarios). Mi saldo en Google Adsense es ya de ¡20,05 euros! Como sea que hay que acumular 70 euros para que Google te mande el cheque, les comunico que empezaremos a repartir beneficios en 2022. Hasta pronto amigos humanos.

sábado, 6 de julio de 2013

Melomergencia Inducida



Copiamos la entrevista de La Contra, publicada ayer en La Vanguardia.

¿Depende nuestro bienestar de la melodía?
Así es. La melomergencia es la aparición espontánea en la memoria de melodías; sin motivo aparente, habitualmente por la mañana, una melodía se instala en nuestra cabeza y se queda muchas horas, imborrable.
¿Según usted -¿le puedo llamar de usted, Sr. IA? jeje-, en función de la canción elegida por la melomergencia nuestro estado anímico cambia?
Es una constatación científica, especialmente en la melomergencia matinal. Si usted desayuna con la marcha fúnebre de Chopin, indefectiblemente su ánimo se verá teñido de tristeza y melancolía. ¡Imagine el efecto que puede tener eso en concursantes de televisión! O al revés, usted es una persona taciturna y adusta, pero ese día se despierta con alguna canción de Georgie Dan...
Calle... calle...No es plan
O peor, usted es del Barça y un mal día amanece con el Hala Madrid... Por más que se esfuerce no podrá extirpar esa melodía. Eso ocasionará frustración, y a largo plazo, violencia de género.
 Melomergencies.com es la empresa que usted dirige. 
En efecto. En 2012 monté está Star-up de la mano del Bombay Phiscologist Institute y el IE de Tánger. Nos dedicamos a provocar melomergencia inducida.
¿Cuálo? 
Nuestros clientes completan un test psicológico. Melomergencia.com selecciona canciones en virtud del estado anímico deseado e instala los mp3 en el móvil. A las 5 de la mañana hacemos sonar esa melodía. El cliente apaga el móvil pero bastan los primeros compases para que, un par de horas después, la melodía escogida se apodere de la región cerebral que controla la memoria musical. No siempre conseguimos fijar la melomergencia inducida, pero nuestros estudios indican que en un 60% de los casos la canción melomergente se parece mucho a la programada.
¿Y qué canciones elige el personal? 
Habitualmente, el himno del Barça o del Madrid. También el Borriquito como Tú, fragmentos de la zarzuela “La Verbena de la Paloma” o algo de los Beatles. El We’re the Champions o Tractor Amarillo tienen mucho tirón... Suelen ser frases melódicas muy simples que generan optimismo y fuerza vital. ¡Y todo por 230 euros al año!
Háblenos un poco del servicio Premyum. Hay quién les ha denunciado por acoso neurológico. 
Según nuestros estudios, es un servicio perfectamente legal en España. Pero eso de mandar melodías horteras a los móviles de rivales, vecinos que no te caen bien, directivos la competencia... A altas horas de la madrugada... No lo hacemos de modo intensivo. Somos muy estrictos con nuestro código ético.
En Ávila un empresario del sector del mueble les ha denunciado por inducirle psicosis al dirigirles durante tres meses “Paquito el Chocolatero”, alternado con el  jingle del Tinto de Verano Don Simón. 
No fuimos nosotros. Es cierto que el servicio Premyum ofrece mandar canciones especialmente malas a directivos de empresas de la competencia. Pero ya le digo que en España, y creemos que en Italia, es legal. No hay legislación contra melomergencia inducida neurodestructiva.
 ¿Y qué música utilizan?
Empezamos con Bisbal, Ana Belén y el pumpún, quién es, abre la muralla. Pero actualmente trabajamos básicamente con Regaeton y hard-rock americano de los 80. En casos muy especiales utilizamos dodecafonismo de Schoemberg y riffs de Metalica. Pero insisto que solo el 30% de nuestros clientes utilizan el servicio, “hagamos que la competencia se joda hoy”.
¿Así se llama? 
Bueno... Yo no llevo el marketing... Solo el departamento científico. La cuestión es que nuestro target del premyum se levanta con déficits de pensamiento positivo. En reuniones de alto nivel hay que rendir al 100%, y tener en la cabeza “Dame más gasolina” puede ser un factor altamente disfuncional.
Le creo. Por otro lado, desde algunos blogs antimagufos les acusan de vender medallones Feng Shui y libros de ciencia ficción.
 ¿Qué tiene que ver? Nuestro medallón de alineación con los ejes Chi está perfectamente contrastado. ¡Incluso hemos experimentado con microondas! ¿Y sabe qué?... ¡Funciona!

miércoles, 3 de julio de 2013

Pensad en Flebas, un tostón

Crítica de Pensad en Flebas, de Ian M. Banks

Tostón de 500 páginas, de las que se podrían eliminar unas 400, Pensad en Flebas ha sido uno de los libros que más me han decepcionado.  La buena racha que llevaba, con Luz, ReadyPlayer One, Visión Ciega, Cenital, Terranova…  se ha visto truncada con este tributo postmortem al reputadísimo señor Banks. Puestos a señalar algo positivo, coincidir con el  sensei Rescepto en la importancia histórica de la obra, recuperadora de una space-opera barroca donde se busca lo que se da en llamar “sentido de la maravilla” a golpe de grandilocuencia.

Pero a la hora de la verdad, Pensad en Flebas queda a años luz de la capacidad de asombro de Hyperion o el Akasa-Puspa de Aguilera y Redal. Lejos de la intensidad barriobajera de Hamilton, de la profundidad de  Watts o Stephenson. Y es que en 1987 el mundo de La Cultura pudo suponer una relativa originalidad, pero leerlo a estas alturas es como ponerse unos pantalones de campana y de franela para llevar a una choni a un espectáculo de zarzuela.

Principales errores
El tono. La novela anuncia “humor”, y ciertamente me esperaba diálogos chispeantes a lo Pratchett. A la hora de la verdad, nada de nada, ni un chiste que recordar.

Desmesura. En moviéndote en territorios tan gigantescos se corre el riesgo de reglas poco claras, algo especialmente importante a la hora de plasmar batallas y tortas (que se lo cuenten  a Hamilton, no hay tensión allá donde el protagonista es una navaja suiza de sofisticadas armas y blindajes que le libran de absolutamente todo mal). ¡Una nave de desguace saliendo a piños de un ingenio como Los Fines de la Inventiva! (es como si Skywalker se escapara en un Dacia de la Estrella de la Muerte). Total, que no hay quien se crea nada. El pacto de verosimilitud hace aguas por todas partes. 

Superficialidad. ¿Banks estudió filosofía?¿Cuál?¿PauloCoelho?, Pensad en Flebas es a la filosofía lo que los libros de autoayuda a la investigación farmacéutica.

Falta de arquitectura. Es una chapuza. Personajes que entran, aparecen y se disuelven. Interludios interminables que solo pretenden prolongar la narración como si de una agonía se tratara (es el caso de la estúpida persecución por el suburbano del planeta Sachs). Estructura de Arcade, donde el cambiante Horza se limita a pasar de pantalla, sin subtrama, ni sentido coral, ni nada.

Por señalar dos cosas medio buenas, pues que no está mal escrito y que la tripulación del Turbulencia en cielo etc… está curiosa. Gracias a ellos el libro más o menos se aguanta hasta que llegan al anillo Vavatch o algo así. Luego todo es yesería y rollo patatero (la isla de come-mierdas o esas interminables partidas de Daño, propias de un pulp de quinta) para llegar al más que previsible final, sin escatimar en tontadas como una mente potencialmente “parte planetas” que es reducida a tiro limpio. Llegados aquí te indignas ¿pero esta tontería qué es? La mente tiene un autómata a su servicio capaz de plagar de trampas el suburbano del susodicho planeta prohibido, ¿y no es capaz de reparar un tren de cercanías? ¿De comunicarse con otras máquinas? ¿Pero que no tiene ni Wi-fi la supuesta ultamaravilla de la supertecnología? ¿Será un producto Microsoft? Vale que la mente está acarajotada por el porrazo de estrellarse contra el planeta. ¿Pero hasta el punto que va un fulano, la trinca del pescuezo y se la lleva a su nave cual niño sujetando un globito de helio?
Aquí a Banks le ha fallado el instinto. Tenía que haber tentado un final bestial de todos contra todos, loco y demenciado. Pero me temo que no hay busilis novelístico para montar una trama que no fuera una Arcade, una mera sucesión de aburridos pantallazos.


Lástima porque la Cultura hubiera justificado una incursión por esto tan cursi que se llama “sentido de la maravilla”, y que yo llamo capacidad de asombro de la ficción fantástica, o más claramente, lo que viene siendo belleza. Pero no hay belleza en “Considerer Phlebas”. Lío, barullo, revoco y confusión por arrobas. Una mierda. Pero si lo quieren comprar por 12 euros (+1 de envío)... Aquí...

lunes, 1 de julio de 2013

Historia Cierta de la Rumba: Peret

No voy a marearles con la imposible genealogía de la rumba. Existe una rumba cubana, un baile afro-americano de especial  arraigo en Argentina, y existe la variedad flamenca, un ritmo 4/4 muy movedizo, etiquetado dentro del saco de “cantes de ida y vuelta”. En lo que refiere a España, la rumba se populariza en las salas de varietés de los 50. Un buen ejemplo de eso lo tenemos en algunas grabaciones de Angelita de Córdoba, Miguel de los Reyes o el Cojo de Huelva. Pero eso era en Madrid, donde las juergas tenían cierto señorío. En Cataluña, con dos núcleos gitanos muy potentes en Barcelona y Lérida (que no se pueden entender sin conocer la bárbara persecución racial a la que se sometió al colectivo durante la Ilustración), la rumba pasa a convertirse en un “slang”, una palabra para referir “juerga gitana salvaje”.

Yo sé poco de la rumba… pero lo poco que sé lo tengo bien clarito. Aquí el catalizador del invento es el turismo de los 60, el rock’roll y la necesidad de dinamizar a precios baratos un determinado ocio turístico. Por así decir, el mercado de la música gitana se desplaza de los puteros del Paralelo a los campings y hoteles de la Costa Dorada, Lloret y aledaños de Barcelona (donde es fama que igualmente se fornica, pero gratis). Cuando algunos gitanos listos y viajados se dan cuenta del cambio de paradigma. Los turistas no quieren coplas, ni palos flamencos, quieren una versión masticable de la juerga gitana. De repente, las miradas convergen sobre un tal Peret, el gitano exportable, de la más rancia estirpe de la calle La Cera, que según confiesa gustaba presentarse habilitado de rockero en las verbenas donde bandas émulas de Pérez Prado y soneros refugiados del castrismo, trataban de maridar al gusto local sus repertorios salseros. Peret es listo, sabe que los tiempos están cambiando, que el pop y sus estribillos, rips y desenfreno son los nuevos paradigmas. Así que lo que hará es adaptar la juerga gitana a los nuevos tiempos valiéndose de las guarachas y rimtos que le trasladan esos músicos verbeneros. Combinando palmas, ventilador y tumbao. Es así como Peret se convierte en el Elvis de los gitanos. Eso y no el 4/4 o este o aquel detalle técnico define la rumba catalana.

¿He dicho ya que Peret es muy listo? Peret es un camelador nato. Parrandero y encantador, donde otros gitanos pierden la chaveta, él guarda siempre un increíble equilibrio entre dos mundos, el payo y el gitano. Y no solo aporta un lenguaje musical fresco y moderno. A mediados de los 60 irrumpe en Madrid donde desde la sala Duende contagia al payo-pijo madrileño de un ramalazo de esa golfería gitanil catalana que él encarnará como un arquetipo. Para entendernos, frente al gitano andaluz incrustado en el lumpen madrileño  - el canastero profundo a lo Camarón- Peret es un gitano de mercadillo (lo cual no quiere decir en modo alguno superficial o de oropel), puesto en la vanguardia musical del momento; es un pedazo de puente entre dos mundos. Es una bomba, es una revolución.

Cabe decir que ese mismo fenómeno, en parte, pero sólo en parte auspiciado por la rumba catalana, se va a dar en otros frentes de los grandes centros urbanos gitanos de la Europa Occidental (por ejemplo, casi en paralelo a Peret, tenemos a los Reyes, de Arles, o a los holandeses Rosenberg Trío, emergiendo desde el igualmente espectacular jazz-manuche, volveremos sobre ello en el capítulo referido a los Gipsy y al hablar de El Gallo Blanco).

Con el amplificador de Madrid, con todos los gitanos europeos imitando su fórmula, el siguiente paso será encontrar un espectacular nicho internacional de mercado entre el turismo que colmata los campings de Gavà a Castellón. “La Lágrima”, el viejo vals del maestro Monreal, será la canción del verano del 68.  Las gramolas NSM le dedican madrugadas enteras. Y de ahí a Europa. 1971. Borriquito (salvaje canción compuesta y escrita por el propio Peret) lo peta. Es número 1 durante 7 semanas en Holanda, hit parade en Alemania durante 2, en España su hegemonía durará meses y meses.  Es la edad de oro de Peret. La que se prolonga hasta su paso por el mítico Festival de Eurovisión de Brighton de 1974, cuando el “Canta y se feliz” se arrima a la décima posición. Ese año, les recuerdo, arrasó Abba con Waterloo, quedando segunda Gigliola Cinquetti y cuarta Olivia Newton-John  (vale la pena enlazar la edición entera del Eurovisión 74 para contrastar con el actual desfile de payasos eslavo-bálticos).

Supongo que tras asistir al subidón de Waterloo en directo, Peret se encaró en una profunda reflexión. Lo cierto es que su discografía registra un mutis de 4 años hasta que encadena un último pelotazo con Saboreando (1978), tratando de abrirse milla en un mercado que ya no quería saber de otra cosa que no fuera pre-punk heroinómanos  o  rockeros sinfónicos de lustrosas melenas L’Oreal.

Peret ha jugado sus cartas. Imposible volver a su mercado de salida, el lumpen, o a las verbenas de barriadas, su nicho comercial más leal y derivando hacia la rumba carcelaria que anima los sábados del Vaquilla… Los Chunguitos, Los Chichos, por no hablar del astro emergente, ese Camarón que se alimenta del soul flamenco andaluz.

Si la música de Peret pierde toda capacidad de sorpresa en 1974, su personalidad no ha escrito más que media obra de una sorprendente vida. (Aquí un pedazo de biografía). Con todo, si tengo que seleccionar un disco de Peret, me decanto por este recopilatorio de 2000; El Rey de la Rumba, donde las “peretadas” de toda la vida cobran nueva vida pasadas por el tamiz de solventes bandas de los 90. Les pongo el original también (namás faltaría). Es aquí, en este maravilloso diálogo entre la versión del 71y la servida por el Gran Silencio, donde la rumba de Peret nos arrolla con su grandeza; vendavales de la más desenfrenada música popular. Ritmos verbeneros para matarse a cubatas y bailar hasta el esguince. Música para ser feliz entre las 4 y las 7 de la madrugada y levantarse a las 13 horas con la peor resaca de la que se tenga memoria.


viernes, 21 de junio de 2013

Luz, de Harrison: Quantapunk


Tradicionalmente, competía al novelista describir nítidamente las circunstancias por las que atravesaba un protagonista. Cuanto más aseada y clarita la prosa más fácil la comprensión por parte del lector. Desmenuzar los nexos causales entre situaciones de modo que la verosimilitud surgiera de un A entonces B entonces C. Presentación, nudo, desenlace…

En Luz, de M. John Harrison, esto no va así. El autor escribe oscuro, hay un tenue hilo causal entre situaciones que aparece y desaparece.  La trama ni se entrevé, servida entre penumbras  y con mil filamentos que se entrecruzan. A la vez, se sugiere mil lecturas “profundas” que hacen de la relectura un permanente redescubrimiento.

Algunos la llaman literatura posmoderna, otros jugar al despiste, para mí es literatura experimental del siglo XX, la que, por citar un lugar común, empieza en Joyce. El paradigma muta. Ahora una subjetividad, un yo, es el que nos va lanzando percepciones. Se supone que de la suma de percepciones surge una historia.
Y esto es lo que pasa en Luz. Harrison nos lanza percepciones de un mundo desasosegante y extraño, tratando de que en nuestra cabeza todo eso se traduzca en ambientación. Deliberadamente nos oculta las reglas del juego; simplemente nos zambulle en él juego y sonríe sádicamente mientras nos enredamos en el marasmo.

Si habitualmente ya es fiarlo largo sacar gratificación de una novela así cuando refiere al mundo real, el que conocemos (Bolaño, Vila-Matas), imagínense cuando nos arrojan al 2400, al pozo negro de un  universo de singularidades cuánticas que  ha terminado con todo atisbo de claridad newtoniana (ya saben, la materia ahora ni pesa ni ocupa un lugar en el espacio). Canal Kefahuchi, burbujas de deformación, métricas de Alcubierre ( si se van a enfrentar a Luz, es bueno que le echen un vistazo al enlace). Nada, avanzas a ciegas, pobre lector, enfrentado a un universo de datos incoherentes, fugaces, destramados…

Lo raro es que una narrativa así funcione. Pero qué quieren que les diga, en mi caso funcionó; queda uno fascinado por la retórica de Harrison, por su mundo nihilista, caótico, por su barroca historia fractal sin pies ni cabeza. Y me pregunto por qué.

Pienso que las razones son que Harrison escribe bien (a pesar de la traducción); sabe emocionar, sabe aportar detalles hipnóticos utilizando analogías sorprendentes.  También pesa que el mundo de Luz sea original; nunca antes nadie ha imaginado un mundo así. Por último, ese mundo de Luz está trabajadísimo. No hay efectismos, no hay situaciones increíbles ni salvaciones al filo del abismo; simple trabajo literario de primera calidad.

Como trama, Luz es una historia a tres bandas. Un físico serial killer (esto es lo peor del libro) enzarzado en la construcción de un ordenador cuántico. Seria Mau, 2440, sumergida en un tanque de realidad virtual desde el que gobierna cual simbionte la Gata Blanca, una nave-K,mercenaria en una guerra incomprensible. Ed Chinese, un centella, otro que vive en un tanque de realidad virtual hasta que le sacan fuera de la peor manera.

El nexo común es el Canal Kefahuchi, el verdadero protagonista de Luz. El canal es una fisura del espacio-tiempo incomprensible a cualquier física (algo similar al Vacío de Hamilton, pero bonito). Durante eones, mil razas alienígenas extintas  han buscado en balde su comprensión, dejándose en el empeño trozos de tecnología incomprensible y sin embargo anheladas en pleno siglo XXV tanto por los humanos como por sus enemigos, los násticos.  Así descrito, Luz sería como una novela de artefacto. Hay un objeto raro y todos van como desesperados a por él. No se entiende mucho más hasta el prodigioso final, en el que un personaje omnipresente a lo largo de la novela, dota a la obra de sentido, siendo de los pocos detalles que Harrison se marca para con el pobre lector.

Dicho lo cual, manifiesto que me gustó más Nova Swing, una continuación de Luz, donde la trama queda en mera excusa para focalizar el contexto como eje de la narración. Ya que experimentamos, dejémonos de dobleces.

Sin embargo, siendo Luz y Nova Swing dos muy buenas novelas, pienso que me quedó con el primer Gibson y, claro está, Philip K. Dick. Ambos autores juegan mejor la baza de la “deconstrucción causal” propia del siglo XX. Me interesa  recalcar los paralelismos de Luz con Gibson; si tuviera que nombrar  un heredero del cyberpunk,  nombraría a Harrison. Diría que Harrison se abona a un Quantapunk, donde los elementos cuasi paranormales de la cuántica suplen los universos virtuales del ciberverso. Pero sobre todo es ese aire de familia. Nihilismo cerril. Un futuro que lo primero que se ha comido es cualquier asomo de eticidad, en su lugar, una sensación de anonadamiento ante un entorno tecnológico incomprensible, infinito, que deja en meros centelleos de energía residual las humanas tribulaciones. Eso es el punk.

Comprar Luz, de Harrison (2ª Mano).

Mini-ensayo sobre Luz a cargo de un entusiasta Kaplan (Literatura en Los Talones)

jueves, 13 de junio de 2013

Opiniones de Watts sobre el lenguaje



Hablábamos de Visión Ciega. Dice Watts en Fata Libelli:
Sobre comunicación con otras especies:
"El lenguaje es, después de todo, un rodeo: una forma taquigráfica de destilar información sensorial y emocional, marcadores que sustituyen objetos reales. Esto puede resultar poco útil para una especie capaz de usar ecolocalización, cuyos miembros pueden en realidad pintar esas imágenes de primera mano. ¿Para qué desarrollar un burdo símbolo para “pez” cuando puedes sencillamente irradiar el perfil acústico de un arenque en el melón de tu colega? ¿Para qué desarrollar un vocabulario para “triste” o “feliz” cuando tus conespecíficos pueden leer tu estado emocional directamente al escanear los perfiles acústicos de tus senos nasales y de tu sistema vascular?"

En otra parte, se despacha a gusto contra la "sobrevaloración" de la consciencia. Pero bueno, quedémonos con la precisión conceptual y su capacidad de centrar el problema.

La solución a muchos de estos planteamientos pasa por entender el lenguaje -atención- No Como Una Forma de Comunicación. Por extraño que parezca el lenguaje es -apunten-: un Mecanismo de Conocimiento de la Realidad y del Sí Mismo (si lo prefieren, organización informativa), que subsidiariamente, sirve a los efectos comunicativos. En este sentido, me resultan muy sugestivos los trabajos de teoría del lenguaje. Uno de los problemas es que no se entiende el lenguaje como una evolución con fines comunicativos. Vean los sordos, usan la manos, y los especialistas piensan que los dactilosemas le bastaban al homo erectus para entablar conversaciones del tipo "ballena asesina invitando a cenar una manada de focas a sus amiguetes".

¿De dónde surge el lenguaje y por qué?

Los especialistas piensan que es una exadaptación. Su función principal es pensar (o si prefieren, mapear la realidad con marcadores indexados sustitutivos de objetos (reales, mentales, emocionales). Lo importante, amigo Watts, es precisamente el rodeo. No necesitamos la palabra "pez" para identificar peces. La necesitamos para construir descripciones, y compartirlas y acumularlas de generación en generación.  "Los peces suelen estar a primera hora en la parte sombreada de la laguna, pero solo en verano, y antes de que las águilas despierten". Esta es la cosa.

lunes, 10 de junio de 2013

Las holgadas tuercas del que las aprieta


Aproximadamente, más de una tercera parte del PIB español va directamente a impuestos. A pesar de lo cual, a pesar de las subidas asfixiantes, la recaudación desciende año tras año desde 2008, que empezara la crisis. Ante tal panorama, hasta una IA entiende que el recorte de gasto público es una prioridad total. Es evidente también que pensiones, subsidios, sanidad, formación deben repercurtir en cierta medida esos recortes... De nuevas inversiones culturales, urbanas, en investigación ya ni hablamos... Justo y necesario; pero hay un terrible problema formal en este drama: los políticos.

Imaginen un hogar en el que los ingresos caen a la mitad. El cabeza familia dice a los suyos; hay que apretarse el cinturón, es obvio. Adiós móviles, adiós clases de karate, adiós suscripciones premyum, ojo con el gasto eléctrico, calefacción a 20 grados y fuera aire acondicionado... Pero más pronto que tarde sale a relucir que sí, que mucha restricción, pero el cabeza de familia sigue con sus cursillos de padel, sus dos horas de gimnasia a la semana, su reunión en el asador con los amigos cada viernes, dos paquetes de Marlboro, cuatro cafes y dos cañas al día y desplazamientos con el Audi hasta para compar el pan. Los hijos se plantan, le dicen al caput: "oye, nosotros apretamos lo que podemos pero ¿y tú?" Se genera así el mal rollo social.

Es lo que hay, pensionistas, familias, universitarios, parados... todos ven como se les aprietan las tuercas, pero el que aprieta las tuercas sigue en una dinámica de gasto ostentoso y deplorable. "Hay que seguir recortando", dice, pero sus sueldos de escándalo, sus prebendas, sus chorradas se mantienen intactas. Preguntado sobre si le parece justo el político se encoge de hombros: "lo mío es el chocolate del loro", señala. Y puede que sea así, aunque muchos sospechamos que no, que en realidad el chocolate del loro es el loro en sí. Vale, es igual, puede que sea verdad. Pero claro, ¡cómo exigirle a un pensionista que pague esto y lo otro por el bien del país si el que se lo exige es un maníaco consumidor compulsivo!

Sea la Gurtel o los ERES de Andalucía. Nuestra clase política, lejos de enmienda sigue abonada a la política como opíparo modus vivendi salido de tu bolsillo y el mío. No bastan los espectaculares sueldazos de congresistas y barandas, encima, hay que afrontar un chorreo de gasto en forma de sobresueldo, dietas, consejos de administración, redondeos por esto y lo otro... Y así no hay manera de obtener credibilidad. Digo más, así no hay nada que hacer. Cada recorte, por necesario que sea, será encarnizadamente discutido y deplorado en tanto el que lo promueva no de fe de una autoexigencia espartana. Confrontamos los sacrificios personales con los de aquellos que nos los exigen y nos damos de bruces con la sucia realidad. ¿Ven ustedes algún Licurgo por aquí?

Es verdad, en un bote perdido en medio del mar y con vías de agua por todas parte no hay otra prioridad que achicar y achicar. No hay espacio para saunas, huertos y jardines. Nos lo recuerda a cada momento el capitán, mientras se zambulle en su piscina.

lunes, 3 de junio de 2013

Ready Player One

Novela Juvenil para Cuarentones

Ready Player One es una novela juvenil para cuarentones. No tengo claro si es una novela juvenil para cuarentones adolescentes o una novela juvenil para cuarentones a secas pero con ganas de disfrutar sin más de una literatura intrascendente. Probablemente las dos cosas. Por extensión, novela recomendable para adolescentes que quieran entrar en la psique de sus progenitores y/o conocer el pasado de las consolas y juegos MOG.

Sí tengo claro que RPO se entronca en la mejor tradición de ese género literario que es el Best Seller "Busquemos el tesoro" o narrativa de Gymkama. Estamos en 2044. Habitual escenario distópico donde cambio climático, fin de sociedad de consumo y desastres varios mantienen a la gente en miserable postración parcialmente paliada por el disfrute de emociones gratificantes en entornos de realidad virtual. Hay un tesoro, en este caso la super-fortuna del excéntrico archimillonario creador del universo virtual, OASIS. Las pistas del dicho tesoro se reparten en complejos acertijos escondidos en videojuegos de finales de los 70 primeros 80, emulados en metaversos.

Hay un protagonista, un pobrecito adolescente huerfanito que, a golpe de genialidad, sacrificio y coraje, salvará al mundo de los nefandos planes del malo malísimo, la repolla-super-macro-multinacional IOI. Naturalmente hay subtrama galante y bochornoso final con besito incluido, malo camino del calabozo y película a la vista a no tardar.

Estamos ante una revisión del Código Da Vinci o Los Juegos del Hambre. Superficialidad extenuante, prosa algo menos que normal (se ha discutido la calidad de la traducción pero debo decir que el novato Ernest Cline no tiene la capacidad literaria de Dan Brown, si la tuviera). "OK. Se entiende", es lo más que podemos decir de la novela desde un punto de vista formal. ¿Conejos saliendo de la chistera?, sí, y también calderetas de ternera, padrinos oportunísimos, importantes negligencias del malo rayanas en la desidia tradicional de un director del Banco de España... En fin.

Pero a diferencia de Los Juegos del Hambre (novela que casi no he tenido el gusto de leer) o el Código Da Vinci (que casi tampoco), Ready Player One se articula en un mundo apasionante: Los Arcade, los proto pc-games y la cultura juvenil americana de los 80 (desde las sit-coms tipo "Con 8 Basta", a infumables grupos de hard-pop americano, pasando por animé y la Tierra Media, claro). Esta es la diferencia básica de RPO con el Código Da Vinci y Los Juegos del Hambre, que aunque tal vez no tenga su altura formal, les da mil vueltas en originalidad. Otra diferencia es que RPO introduce parte de la potencialidad narrativa inherente al doble plano Realidad Virtual versus mundo real. Visto así,  RPO contiene un extra de atractivo lector, cuando la emoción decae en un lado se intensifica en el otro. Acción sin tregua (mal montada, sin criterio, pero sin tregua).

Así pues, si quieren leer una intrascendente novela de adolescentes (¿he mencionado el bochornoso final con besito incluido?) pero espléndidamente integrada en un universo de Space Invaders, Asteroids,  Daibuken, Street Fighter... (Aquí tienen la genial enciclopedia con más de 84000 videgames recopilados)... Si quieren evocar los memorables tiempos en que entre porno y paja relajaban la muñeca con Ataris, Sinclairs, Commodores y gráficos de 8bits... No se arrepentirán de comprar esta novela por algo menos de 12,5 euros (prácticamente a estrenar, gastos de envío incluidos). Seguro, es más, esta es la novela de adolescentes que estaban ustedes esperando.

NOTA: Pero... ¿Y sí realmente RPO es la novela de un genio empeñado en parafrasear irónicamente las subculturas adolescentes de los 80, con bochornoso final de besito incluido? ¿Un artificio literario meta-textual donde, a modo de fractal posmoderno y deliberada superficialidad (Gödel) se hilvanan las obsesiones juveniles del autor en un mausoleo in memoriam del adolescente que fue? ¿Y si el Código Da Vinci no es lo que parece? ¿Entonces qué...? ¿Eh?... Entonces, tomen esta crítica como una contrareplica en clave de homenaje a las reseñas athusiano-neo-marxistas de los 70... Un lúcido ejercicio retro-estilístico anti-escapista evidenciador de las dicotomías de clase a modo de reivindicación la escuela de Frankfurt. Salud Camaradas.

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